Ejidatarios, en 'peligro de extinción'
La tierra en sus zapatos...
A José le hizo 'justicia la Revolución' con 10 hectáreas ejidales; la cultivó por décadas, pero finalmente tuvo que vender la parcela; 'nunca salimos de pobres', expresa
Guillermo Gallardo
Salió de su casa con los primeros rayos del Sol hacia su destino. Era un día diferente a los demás. Sentía que le había hecho “justicia la Revolución”.
Y literalmente lo era porque ahora tenía 10 hectáreas de tierra ejidal que por resolución presidencial le se le dotó a un grupo de personas para formar un ejido.
Ese verano, a finales de los 60, José emprendió el viaje junto con tres hermanos y un cuñado en busca de su tierra. Aún no la conocía y ya la amaba. Era el futuro de su familia.
“Nos fuimos de raite hasta donde pudimos. De ahí en adelante a pie”, expresa.
Caminaron varios kilómetros bajo el intenso rayo del Sol. Uno a uno se fue quedando, conforme fueron localizando sus tierras. Era casi mediodía y a José aún le faltaba un kilómetro para llegar.
Enfiló sobre una vereda por entre el monte hasta divisar a lo lejos la laguna de Huyaqui. Ahí cerca estaba su posesión, a un lado del salitre.
“Nos indicaron que esas eran nuestras tierras y que habría que desmontar el terreno. Era bonito tener una pertenencia”, manifiesta.
Con gusto empezó a cortar los matorrales y uno que otro arbusto. Duró días trabajando de “Sol a Sol”, hasta que vio que la parcela tomaba forma.
Para José y sus hermanos era muy difícil ir y regresar a sus casas para trabajar la tierra por la falta de transporte, así que “vivían” en el campo.
Le costó, dice, mucho sudor, lágrimas y hambre empezar a hacer producir las 10 hectáreas que el Gobierno le había otorgado.
La inexperiencia
Las primeras siembras fueron un fracaso total por la falta de agua, el salitre, la inexperiencia y la falta de apoyos.
Pero con los años se construyó un canal de riego con el que llegó el agua, les dieron créditos y la tierra empezó poco a poco a producir.
El amor a la parcela creció, pues de ahí sacaba algo de recursos para comer y sostener a la familia que cada día crecía más, aunque poco o nada era el dinero que le quedaba al concluir la cosecha.
En los 80, recuerda, formaron asociaciones de productores, se juntaron 10 ejidatarios, compraron un tractor y empezaron a sembrar trigo, cártamo, soya y algodón.
Pero las cosas cambiaron con la apertura comercial y el campo empezó a “sufrir”.
Señala que una época les “tronó” con el algodón y quedaron totalmente endeudados. No pudieron pagar los créditos y empezó el declive. Nunca se recuperaron.
Con el transcurso de los años y las crisis económicas, a José se le dificultaba cada día más hacer producir su parcela. Habían tenido que vender el tractor y ahora debía rentar uno para cultivar la tierra.
“Nunca salimos de pobres. Es cierto que de ahí vivimos muchos años. Dejamos los mejores años de nuestra vida en esa tierra. Desgraciadamente no podíamos hacer más. Los hijos crecían y había que darles estudio”, cita.
Crisis y deudas
Los 90 significaron fuertes pérdidas y deudas debido a las crisis económicas y la falta de una política clara hacia el campo.
Fue un 6 de enero de 1992 cuando el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari y el Congreso de la Unión reformaron el artículo 27 Constitucional con lo que se abre la tierra ejidal al mercado. Ahora podían venderla.
Pero en ese momento a José no le interesaba deshacerse del patrimonio, al contrario, seguía aferrado al pedazo de terreno e insistía en cultivarlo lo mejor que podía.
“Yo todavía me sentía fuerte e insistía en hacer producir el pedazo de tierra. Soñaba con lograr ganarme unos pesos y sí obtenía algo, pero era mínimo respecto al esfuerzo hecho todo el año”, indica.
Y así transcurrió una década más con altibajos, pero también con un gran rezago, porque no había pagado sus deudas con Banrural y ya no contaba con maquinaria para trabajar.
Con más de 60 años a cuestas, a José se le dificultaba la labor agrícola, por lo que tenía que pagar a jornaleros que lo hicieran por él y por lo tanto el dinero ahí quedaba.
“Mis hijos emigraron, algunos a Mazatlán, otros a Culiacán y a Los Mochis, sólo quedamos mi esposa y yo”, explica.
Para él la vida en el campo empezaba su declive. La necesidad económica lo llevó a pensar en rentar o vender su preciado tesoro.
“Los bienes son para remediar los males”, pensó, pero aún así seguía aferrado a su lugar.
El nuevo Siglo agarró “desprevenido” a José. El dinero escaseaba y el alimento empezaba a faltar. El crédito agrícola también.
“Un día”, dice, “le dije a mi mujer es hora de vender y nos vamos a vivir a la ciudad a probar suerte, ponemos un negocito y de eso vivimos”.
“Fue muy difícil tomar esa decisión, pero no había de otra”, cita.
Así, con todo el dolor de su corazón, José tuvo que vender su propiedad, esa que por la Constitución de 1917 le habían otorgado.
Ahora, al inicio de una nueva década, con 73 años a cuestas, ya no le queda nada... Sólo la tierra en sus zapatos.
jueves, 15 de septiembre de 2011
INDUSTRIA EN SINALOA
'Queremos que pinte'
La entidad se encuentra en la posición 29 a nivel nacional en importancia industrial. Se detonará la agroindustria, asegura Eduardo Ortiz Hernández, Secretario de Desarrollo Económico
Guillermo Gallardo
En Sinaloa la industria “no pinta”.
Incluso, de las 11 millones de toneladas de productos agrícolas que se comercializan, sólo al 15 por ciento se le da valor agregado a través de procesos agroindustriales.
La participación del sector secundario sinaloense en el contexto nacional está en su mínima expresión, reconoce el Secretario de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado, Eduardo Ortiz Hernández, quien asegura que hay mucho potencial para detonarlo, sobre todo en el área de alimentos.
“Queremos que sí pinte la agroindustria. Para hacerlo, primero tenemos que contar con una política agroindustrial, que no la tenemos, y sentar las bases para desarrollarla”, expresa.
Mientras que el sector industrial a nivel nacional participa en el Producto Interno Bruto con el 31 por ciento, en Sinaloa apenas representa el 18 por ciento de la actividad económica, colocándose el estado en la posición número 29 en importancia relativa en el país, señala el Plan Estatal de Desarrollo.
“No pintamos”, resume Ortiz Hernández, aunque acota que Sinaloa cuenta con mucha materia prima para pasar del sector primario al secundario.
Reconoce que no había una política de apoyo y todo estaba desvinculado.
“Nosotros al llegar en enero, un tema recurrente en el sector industrial, pero sobre todo el agroindustrial, es que hay un gran potencial, tenemos materias primas, verduras, frutas, mariscos, pescados, granos, que pudiéramos aprovecharlos”, expresa.
Con base en el diagnóstico que se hizo, señala el funcionario, se detectaron 160 proyectos agroindustriales para impulsar.
Sin embargo, para lograr el despegue, asevera, es necesario el mejoramiento de la tecnología.
“Nos hemos acercado a Conacyt para impulsar la transferencia de tecnología; estamos por crear un observatorio tecnológico, en un contexto regional con las dos Baja California, Sonora, Sinaloa y Durango”.
A reactivar la agroindustria
De lo que se trata, dice, es de reactivar la agroindustria, principalmente, que por muchos años quedó abandonada.
Ahorita, indica, están buscando alternativas para impulsar proyectos en las zonas costeras.
El camarón, la jaiba, entre otros productos pesqueros tienen mucho potencial.
“Estuvimos con el Presidente de Guasave para ver algunos proyectos. Ahí hay señoras que capturan la jaiba, le sacan la carne y la envían para que otros la procesen. Nosotros estamos trabajando con modelos de cooperativismo, creemos mucho en este esquema y esperamos entregarles la tecnología para que procesen los productos, sobre todo en los campos pesqueros que son a los que se les acaba la vida productiva muy pronto, con el fin de que sigan avanzando”, añade.
En el sector agrícola, informa, hay mucho por hacer en la elaboración de salsas, donde ya están el Yauco, la Costeña, Guacamaya y siguen incorporándose personas con fórmulas nuevas.
“Ayer (jueves) estuvieron unos empresarios de Los Mochis promocionando este tipo de productos”.
El Secretario de Desarrollo Económico del Estado destaca que también apoyaron a un grupo de investigadores de la UAS que ya están procesando la aguama, una fruta silvestre que tiene un alto nivel nutricional.
“Nosotros les ayudamos para que pudieran procesarlo, envasarlo con su marca, los contactamos con comercializadores y el producto ya está en el mercado”, revela.
En Concordia también echaron a funcionar una planta deshidratadora que tenía cinco años subutilizada. Ahora procesan ciruela y mango.
Además, expone, se instaló en Ahome una planta de levadura de cerveza y están trabajando con un proyecto de deshidratado de cabezas de camarón.
Otro rubro que se prevé impulsar es el sector de autopartes.
Actualmente, da a conocer, la agroindustria participa con el 4 por ciento de la actividad económica y se pretende que al final del sexenio llegue al 15 por ciento.
-- ¿Qué ventajas tiene Sinaloa para que la industria evolucione?
-- Tenemos dos puertos de salida que nos llevan a Asia y California, tenemos la materia prima, que es la mayor de las ventajas, y la pronta apertura del corredor económico hacia el norte y Texas con la carretera Mazatlán-Durango.
-- ¿Y las desventajas?
La desventaja es el tema del gas. Hay muchas industrias que no se instalan porque no tenemos gas. El Gobernador (Mario López Valdez) ya lo ha mencionado que van muy bien los avances con la CFE para convertir las termoeléctricas a gas. Al momento que esto suceda vamos a tener gas en todo Sinaloa y mucha industria va a poder instalarse.
--¿Es la única desventaja?
-- Sí, el tema energético, utilizan combustóleo y es muy caro, y teniendo gas es mucho más económico y va a ser más fácil para la industria.
Falta cultura industrial
Para el funcionario, en Sinaloa falta una cultura de industrialización.
“Tenemos que tener una cultura de industrializarnos, aquí tenemos una cultura de siembra a corto plazo. Siembro y en seis meses tengo resultados de mi inversión. Aquí la mentalidad que debemos tener es a mediano y largo plazo. Deben animarse a ese cambio de mentalidad”, expresa.
Para impulsar esa cultura industrial y acelerar los procesos de transformación de la materia prima, Ortiz Hernández anuncia que próximamente se dará a conocer oficialmente la creación del Consejo Estatal de la Agroindustria que está conformado por 25 empresarios del ramo y que conocen el negocio.
También, indica, de ahí saldrá la propuesta de crear una nueva ley agroindustrial que impulse a este sector, estableciendo apoyos y estímulos, así como el desarrollo tecnológico.
Más confianza en la inversión
En este año hay más confianza de los empresarios locales y extranjeros por invertir en Sinaloa, considera el Secretario.
Incluso, afirma, aunque hay empresarios que toman mucho en cuenta el tema de la seguridad para invertir, a la mayoría lo que les importa es la oportunidad de negocios.
En el primer semestre, informa, se han registrado 12 mil millones de pesos de inversión privada en diferentes sectores y se espera lograr la meta de 17 mil millones para este año, rebasando con 7 mil millones lo invertido en 2010 con el anterior gobierno.
“Vienen nuevas tiendas de autoservicio, crecimiento de otras tiendas departamentales, como por ejemplo Liverpool va a construir una nueva tienda en Mazatlán con 6 millones de dólares. En Culiacán también hay inversiones, como una nueva tienda Chedraui, otras que ya están como City Express; en minería se inició una planta con inversión china por 10 millones de dólares, y en 90 días creemos que se pueda inaugurar otra de 35 millones de dólares, también en Choix”, enumera.
Superarán otorgamiento de créditos
En Sinaloa hay más de 31 mil 600 empresas, de las cuales, el 99 por ciento son micro, pequeñas y medianas.
Por ello, Ortiz Hernández dice que se están enfocando en el otorgamiento de créditos.
“Hemos cambiado radicalmente cómo se entregan los créditos, hemos aumentado montos y estamos haciendo productos distintos para cada rubro: industrial, comercial, turístico, porque cada uno tiene necesidades distintas”, añade.
En los primeros ocho meses de la administración estatal se han dado 5 mil 14 créditos a las Mipymes y la meta es llegar a los 8 mil, mientras que el año pasado fueron sólo 4 mil, manifiesta.
“A parte hemos hecho una labor con la banca comercial. Logramos otorgar garantía líquida para que los créditos a las Pymes de parte de la banca comercial lleguen a los 700 millones de pesos, que aunados a otros créditos, la meta de este año es de mil millones de pesos dispersados aquí en Sinaloa, entre banca y gobierno”.
Agrega que las tasas que maneja la Secretaría son entre el 6 y el 12 por ciento, liquidando el primer pago en seis meses a plazos de dos y tres años.
En Sinaloa hay nuevas formas de trabajar, destaca el funcionario.
Frase
“Queremos que sí pinte la agroindustria. Para hacerlo, primero tenemos que contar con una política agroindustrial, que no la tenemos, y sentar las bases para desarrollarla”.
Eduardo Ortiz Hernández
Secretario de Desarrollo Económico de Sinaloa
Recuadro
Las metas
Principales metas estratégicas del Gobierno de Malova, según el Plan Estatal de Desarrollo:
-- Contribuir al establecimiento de una planta de gas natural en Topolobampo.
-- Impulsar la instalación de tres parques agroindustriales.
-- Promover la instalación de 350 nuevos proyectos agroindustriales, de los cuales 240 se enfocarán en el procesamiento de materias primas agrícolas, 80 al sector pesquero, 25 al ganadero y cinco al silvícola.
-- Promover la producción de energías limpias a través de cinco plantas generadoras de energía hidráulica, biocombustibles, biomasa, termosolar y eólica.
-- Impulsar cuando menos la instalación de una planta procesadora de agave.
-- Promover con el sector privado la realización de tres proyectos estratégicos para la diversificación productiva.
Gestión
-- Iniciativa de Ley de Desarrollo Agroindustrial de Sinaloa.
-- Crear el Consejo Estatal de la Agroindustria.
-- Desarrollar programas de promoción de industrias en todas las regiones.
-- Crear 15 unidades de fomento agroindustrial.
'Queremos que pinte'
La entidad se encuentra en la posición 29 a nivel nacional en importancia industrial. Se detonará la agroindustria, asegura Eduardo Ortiz Hernández, Secretario de Desarrollo Económico
Guillermo Gallardo
En Sinaloa la industria “no pinta”.
Incluso, de las 11 millones de toneladas de productos agrícolas que se comercializan, sólo al 15 por ciento se le da valor agregado a través de procesos agroindustriales.
La participación del sector secundario sinaloense en el contexto nacional está en su mínima expresión, reconoce el Secretario de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado, Eduardo Ortiz Hernández, quien asegura que hay mucho potencial para detonarlo, sobre todo en el área de alimentos.
“Queremos que sí pinte la agroindustria. Para hacerlo, primero tenemos que contar con una política agroindustrial, que no la tenemos, y sentar las bases para desarrollarla”, expresa.
Mientras que el sector industrial a nivel nacional participa en el Producto Interno Bruto con el 31 por ciento, en Sinaloa apenas representa el 18 por ciento de la actividad económica, colocándose el estado en la posición número 29 en importancia relativa en el país, señala el Plan Estatal de Desarrollo.
“No pintamos”, resume Ortiz Hernández, aunque acota que Sinaloa cuenta con mucha materia prima para pasar del sector primario al secundario.
Reconoce que no había una política de apoyo y todo estaba desvinculado.
“Nosotros al llegar en enero, un tema recurrente en el sector industrial, pero sobre todo el agroindustrial, es que hay un gran potencial, tenemos materias primas, verduras, frutas, mariscos, pescados, granos, que pudiéramos aprovecharlos”, expresa.
Con base en el diagnóstico que se hizo, señala el funcionario, se detectaron 160 proyectos agroindustriales para impulsar.
Sin embargo, para lograr el despegue, asevera, es necesario el mejoramiento de la tecnología.
“Nos hemos acercado a Conacyt para impulsar la transferencia de tecnología; estamos por crear un observatorio tecnológico, en un contexto regional con las dos Baja California, Sonora, Sinaloa y Durango”.
A reactivar la agroindustria
De lo que se trata, dice, es de reactivar la agroindustria, principalmente, que por muchos años quedó abandonada.
Ahorita, indica, están buscando alternativas para impulsar proyectos en las zonas costeras.
El camarón, la jaiba, entre otros productos pesqueros tienen mucho potencial.
“Estuvimos con el Presidente de Guasave para ver algunos proyectos. Ahí hay señoras que capturan la jaiba, le sacan la carne y la envían para que otros la procesen. Nosotros estamos trabajando con modelos de cooperativismo, creemos mucho en este esquema y esperamos entregarles la tecnología para que procesen los productos, sobre todo en los campos pesqueros que son a los que se les acaba la vida productiva muy pronto, con el fin de que sigan avanzando”, añade.
En el sector agrícola, informa, hay mucho por hacer en la elaboración de salsas, donde ya están el Yauco, la Costeña, Guacamaya y siguen incorporándose personas con fórmulas nuevas.
“Ayer (jueves) estuvieron unos empresarios de Los Mochis promocionando este tipo de productos”.
El Secretario de Desarrollo Económico del Estado destaca que también apoyaron a un grupo de investigadores de la UAS que ya están procesando la aguama, una fruta silvestre que tiene un alto nivel nutricional.
“Nosotros les ayudamos para que pudieran procesarlo, envasarlo con su marca, los contactamos con comercializadores y el producto ya está en el mercado”, revela.
En Concordia también echaron a funcionar una planta deshidratadora que tenía cinco años subutilizada. Ahora procesan ciruela y mango.
Además, expone, se instaló en Ahome una planta de levadura de cerveza y están trabajando con un proyecto de deshidratado de cabezas de camarón.
Otro rubro que se prevé impulsar es el sector de autopartes.
Actualmente, da a conocer, la agroindustria participa con el 4 por ciento de la actividad económica y se pretende que al final del sexenio llegue al 15 por ciento.
-- ¿Qué ventajas tiene Sinaloa para que la industria evolucione?
-- Tenemos dos puertos de salida que nos llevan a Asia y California, tenemos la materia prima, que es la mayor de las ventajas, y la pronta apertura del corredor económico hacia el norte y Texas con la carretera Mazatlán-Durango.
-- ¿Y las desventajas?
La desventaja es el tema del gas. Hay muchas industrias que no se instalan porque no tenemos gas. El Gobernador (Mario López Valdez) ya lo ha mencionado que van muy bien los avances con la CFE para convertir las termoeléctricas a gas. Al momento que esto suceda vamos a tener gas en todo Sinaloa y mucha industria va a poder instalarse.
--¿Es la única desventaja?
-- Sí, el tema energético, utilizan combustóleo y es muy caro, y teniendo gas es mucho más económico y va a ser más fácil para la industria.
Falta cultura industrial
Para el funcionario, en Sinaloa falta una cultura de industrialización.
“Tenemos que tener una cultura de industrializarnos, aquí tenemos una cultura de siembra a corto plazo. Siembro y en seis meses tengo resultados de mi inversión. Aquí la mentalidad que debemos tener es a mediano y largo plazo. Deben animarse a ese cambio de mentalidad”, expresa.
Para impulsar esa cultura industrial y acelerar los procesos de transformación de la materia prima, Ortiz Hernández anuncia que próximamente se dará a conocer oficialmente la creación del Consejo Estatal de la Agroindustria que está conformado por 25 empresarios del ramo y que conocen el negocio.
También, indica, de ahí saldrá la propuesta de crear una nueva ley agroindustrial que impulse a este sector, estableciendo apoyos y estímulos, así como el desarrollo tecnológico.
Más confianza en la inversión
En este año hay más confianza de los empresarios locales y extranjeros por invertir en Sinaloa, considera el Secretario.
Incluso, afirma, aunque hay empresarios que toman mucho en cuenta el tema de la seguridad para invertir, a la mayoría lo que les importa es la oportunidad de negocios.
En el primer semestre, informa, se han registrado 12 mil millones de pesos de inversión privada en diferentes sectores y se espera lograr la meta de 17 mil millones para este año, rebasando con 7 mil millones lo invertido en 2010 con el anterior gobierno.
“Vienen nuevas tiendas de autoservicio, crecimiento de otras tiendas departamentales, como por ejemplo Liverpool va a construir una nueva tienda en Mazatlán con 6 millones de dólares. En Culiacán también hay inversiones, como una nueva tienda Chedraui, otras que ya están como City Express; en minería se inició una planta con inversión china por 10 millones de dólares, y en 90 días creemos que se pueda inaugurar otra de 35 millones de dólares, también en Choix”, enumera.
Superarán otorgamiento de créditos
En Sinaloa hay más de 31 mil 600 empresas, de las cuales, el 99 por ciento son micro, pequeñas y medianas.
Por ello, Ortiz Hernández dice que se están enfocando en el otorgamiento de créditos.
“Hemos cambiado radicalmente cómo se entregan los créditos, hemos aumentado montos y estamos haciendo productos distintos para cada rubro: industrial, comercial, turístico, porque cada uno tiene necesidades distintas”, añade.
En los primeros ocho meses de la administración estatal se han dado 5 mil 14 créditos a las Mipymes y la meta es llegar a los 8 mil, mientras que el año pasado fueron sólo 4 mil, manifiesta.
“A parte hemos hecho una labor con la banca comercial. Logramos otorgar garantía líquida para que los créditos a las Pymes de parte de la banca comercial lleguen a los 700 millones de pesos, que aunados a otros créditos, la meta de este año es de mil millones de pesos dispersados aquí en Sinaloa, entre banca y gobierno”.
Agrega que las tasas que maneja la Secretaría son entre el 6 y el 12 por ciento, liquidando el primer pago en seis meses a plazos de dos y tres años.
En Sinaloa hay nuevas formas de trabajar, destaca el funcionario.
Frase
“Queremos que sí pinte la agroindustria. Para hacerlo, primero tenemos que contar con una política agroindustrial, que no la tenemos, y sentar las bases para desarrollarla”.
Eduardo Ortiz Hernández
Secretario de Desarrollo Económico de Sinaloa
Recuadro
Las metas
Principales metas estratégicas del Gobierno de Malova, según el Plan Estatal de Desarrollo:
-- Contribuir al establecimiento de una planta de gas natural en Topolobampo.
-- Impulsar la instalación de tres parques agroindustriales.
-- Promover la instalación de 350 nuevos proyectos agroindustriales, de los cuales 240 se enfocarán en el procesamiento de materias primas agrícolas, 80 al sector pesquero, 25 al ganadero y cinco al silvícola.
-- Promover la producción de energías limpias a través de cinco plantas generadoras de energía hidráulica, biocombustibles, biomasa, termosolar y eólica.
-- Impulsar cuando menos la instalación de una planta procesadora de agave.
-- Promover con el sector privado la realización de tres proyectos estratégicos para la diversificación productiva.
Gestión
-- Iniciativa de Ley de Desarrollo Agroindustrial de Sinaloa.
-- Crear el Consejo Estatal de la Agroindustria.
-- Desarrollar programas de promoción de industrias en todas las regiones.
-- Crear 15 unidades de fomento agroindustrial.
Ejidatarios, en 'peligro de extinción'
Ejidos en crisis
Se disparan la venta y renta de parcelas ejidales en Sinaloa; el sector social se va quedando 'mocho' y emerge una especie de neolatifundio; más del 60 por ciento del maíz es producido sólo por alrededor de 300 productores
Guillermo Gallardo
Primera de dos partes
El ejido está “mocho” y se encuentra en crisis.
En Sinaloa hay una nueva realidad en el campo donde ha resurgido el acaparamiento de tierras en unas cuantas manos, debido a la venta y renta de parcelas ejidales.
Incluso, investigadores y dirigentes campesinos se atreven a ponerle nombre: neolatifundismo.
Un dato que ilustra lo anterior: de las poco más de 500 mil hectáreas que se siembran de maíz cada ciclo otoño-invierno, alrededor de 300 mil son cultivadas por cerca de 300 productores, los cuales tienen en promedio mil hectáreas, aunque hay quienes poseen más de 2 mil. Es decir, alrededor del 60 por ciento de la actividad la controlan los grandes agricultores.
Para el investigador de la UAS, Óscar Aguilar Soto, especialista en el tema agrícola, la tendencia es a privatizar de manera absoluta el campo, e incluso, dice, actualmente el sector privado tiene acaparado el proceso productivo de Sinaloa, dejando de lado al campesino, quien prefiere vender o rentar sus tierras.
Juan Guerra Ochoa, Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno del Estado, reconoce que en la entidad se está ante el surgimiento de un nuevo esquema que podría llamársele neolatifundio.
“Las mayores producciones que se dan en Sinaloa, más que el viejo concepto de latifundio, es el que se producen miles de hectáreas por la vía de la renta, parece que estamos ante un neolatifundio donde no basta con comprar la tierra, sino sólo con rentarla y sobre esa base usufructuar”, indica.
Los cambios
El 6 de enero de 1992, el Congreso de la Unión, a solicitud del entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari, reformó el artículo 27 Constitucional con el que se abre al mercado la tierra ejidal.
A casi 20 años de los cambios, de acuerdo con información del Registro Agrario Nacional, en Sinaloa han adoptado el dominio pleno (convertirlo en propiedad privada) 203 núcleos agrarios, de manera total o parcial.
Everardo Gaxiola Gaxiola, delegado del RAN, informa que la superficie total que ha adoptado el dominio pleno son 57 mil 652 hectáreas, con la generación de 5 mil 978 títulos de propiedad, beneficiando a 4 mil 453 personas.
En la entidad hay 3 millones 872 mil hectáreas que pertenecen a mil 303 núcleos agrarios, entre tierras agrícolas, ganaderas y forestales, con 152 mil 779 ejidatarios y comuneros. De este total, sólo el 1.49 por ciento han optado por privatizar sus posesiones.
Gaxiola Gaxiola expone que los ejidos que han adquirido el dominio pleno son principalmente aquellos que están siendo absorbidos por las manchas urbanas de Culiacán, Mazatlán y Ahome, principalmente.
“Las causas que más motivan la conversión de régimen social a propiedad privada es la necesidad de créditos por la banca privada porque una propiedad social es inembargable, además de las necesidades de desarrollo de zonas turísticas, urbanas e industriales sobre áreas ejidales”, asevera.
Pero, hay otra forma de venta de parcelas que se está dando y se le llama enajenación de derechos parcelarios que se registra mediante un contrato. Sin embargo, la tierra sigue siendo ejidal, pero con nuevo dueño.
El delegado del RAN reconoce que la venta de parcelas se da principalmente porque la tierra en Sinaloa ha adquirido mucho valor.
“Sí, en los últimos tiempos ha sido muy significativa la venta de parcelas. Aquí en Sinaloa es un trámite muy socorrido, yo creo que es de los principales estados del país donde se da más por la vocación agrícola del estado.
“Se da mucho la transmisión de derechos vía contratos de enajenación ya sea gratuito u oneroso, se da en un promedio de 7 mil a 8 mil trámites al año, producto de un contrato de enajenación, son tierras que se quedan en el mismo ejido pero que cambian de dueño”, agrega.
Sin embargo, para el funcionario el ejido en Sinaloa es una institución jurídica fuerte ya que en Sinaloa el 70 por ciento de la superficie total se ubica en la propiedad social. De ésta, casi 95 por ciento es de régimen ejidal.
De acuerdo con el Censo Agropecuario 2007 y el IX Censo Ejidal realizado por el INEGI, en los últimos 10 años han cambiado de dueño en el País 3 millones 97 mil 658 hectáreas en 20 mil 989 ejidos y comunidades, superficie casi similar y comparable al total del sector social sinaloense.
De este universo, en el estado han sido enajenadas 179 mil 372 hectáreas en mil 22 ejidos o comunidades agrarias, ubicándose en el quinto lugar nacional, sólo abajo de Hidalgo, Coahuila, Sonora y Veracruz, reporta el INEGI.
La renta, principal problema
Pero la venta de tierras no es el principal problema.
Especialistas, dirigentes campesinos y funcionarios de gobierno coinciden en que lo que más prolifera es la renta.
Aguilar Soto revela que un equipo de investigadores de la UAS, conjuntamente con funcionarios del Centro de Estudios de Desarrollo Sustentable para la Seguridad Alimentaria de la Cámara de Diputados federal realizaron un estudio sobre lo que está sucediendo en el campo sinaloense, principalmente en lo relativo a la nueva apertura del mercado de tierras ejidales.
“Nosotros, preocupados por este tema, hicimos un sondeo en los principales valles agrícolas de Sinaloa ubicados en Culiacán, Navolato, Salvador Alvarado, Angostura, Guasave y Ahome. Establecimos una serie de entrevistas para conocer la situación”, dice.
El docente de la UAS comenta que primero pensaban que la tierra se estaba vendiendo en mayor medida y que la renta era de menor peso.
Informa que el resultado del estudio fue sorprendente, porque de cada 10 ejidatarios entrevistados, ocho tenían rentadas sus tierras, uno la vendió y otro la conserva.
“Muchos de ellos emigraban a Estados Unidos a trabajar en actividades del campo, otros a Culiacán en busca de mayor ingreso, pero la mayor preocupación es que una gran cantidad de los hijos tampoco se dedican a la actividad y algunos a actividades ilegales”, expone.
Otro dato revelador es que en los valles se está dando el acaparamiento de tierras en unas cuantas manos, e incluso, cita, personas que se dedicaban antes sólo a la compra de granos, hoy han acaparado todo el proceso productivo sembrando grandes extensiones de tierra.
“Todos sabemos quién controla el valle de San Lorenzo, esta persona no sólo les renta sino que está comprando la tierra del sector social”, denuncia.
El dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, Germán Escobar, reconoce que muchos ejidatarios están vendiendo o rentando sus parcelas.
“Nosotros estamos convocando a los ejidatarios a que no vendan su parcela, que la renten si no pueden sembrarla, porque ya ve como está el asunto de los créditos, ha habido años malos y la gente pues muchas veces tiene que tener ingresos para la familia. Ya ve que el año pasado no hubo utilidad”, justifica.
-- ¿Por qué se está dando este fenómeno, a que lo atribuye?
-- A las políticas públicas hacia el campo. Ahorita hay poca rentabilidad. Sembrar una hectárea de maíz cuesta 20 mil pesos con todo e insumos y si vendimos el año pasado a 2 mil 200 ¿cómo ve las cuentas? Y si levantan 8 ó 9 toneladas por hectárea. La media son 10, pero hay muchos que cosechan menos, por ejemplo ahorita levantan 6, 7 y 8, afortunadamente el precio es rentable, pero el año pasado estaba bajo.
Asevera que si el campesino no puede pagar el crédito, tiene que vender la parcela para pagar, o en el mejor de los casos rentarla.
-- ¿Cómo está el problema de la renta de tierras?
-- En el norte se da mucho eso, en todos lados se está dando eso porque no es costeable. Se tiene que rentar hasta maquinaria y con 10 hectáreas no es redituable.
Manifiesta que desde que se reformó el artículo 27 Constitucional empezó a formarse un nuevo latifundio.
Side
Pueden desaparecer: UGOCM
Para Alfredo Gallardo Velarde, dirigente de la Unión General de Obreros y Campesinos de México, Lázaro Cárdenas, el ejido puede desaparecer y esa posibilidad surgió luego de que Carlos Salinas de Gortari reformara la Constitución.
“El campo está viviendo momentos difíciles porque la agricultura ha sido un fracaso en los últimos años y por ello muchos optan por salirse de la actividad y abandonar la tierra”, indica.
Pero lo peor del caso es que está quedando en manos de unas cuantas personas, advierte el dirigente campesino.
“Ahí el peligro es que vuelve otra vez el latifundio y otra vez va a venir otra revolución... eso es lo que están propiciando los cambios a la Constitución. Si no me va a tocar a mí, les va a tocar a otros luchar por la tierra de nuevo”, vaticina.
-- ¿El productor de riego pequeño que está haciendo?
-- Está emigrando a las ciudades la mayoría de los ejidatarios porque no tienen créditos para sembrar y prefieren rentar, es ahí donde está la renta masiva de terrenos. No son productivos...
Ahorita el 50 por ciento de los ejidos están mochos; se han vendido cientos de hectáreas...
Incluso, hay gente que renta hasta 3 mil hectáreas de maíz con todo y apoyos del Procampo.
Mañana:
Urge rescatar al ejido
Recuadro
El 'pastel' social
De acuerdo con el IX Censo Ejidal del INEGI en 2007, en el país hay 31 mil 518 ejidos y comunidades agrarias. El 91.9 por ciento son ejidos y el 8.1 por ciento restantes son comunidades agrarias.
Los estados con más ejidos son Veracruz, Chiapas, Michoacán, Oaxaca y Guanajuato, los cuales concentran el 40.3 por ciento de las propiedades sociales de México.
En promedio, detalla el censo, cada ejidatario, comunero o posesionario con parcela, tiene 7.5 hectáreas.
Del total de la superficie agrícola, sólo el 19.8 por ciento es de riego y el 80.2 por ciento restante es de temporal.
En Sinaloa hay mil 303 ejidos y comunidades agrarias donde trabajan 166 mil 257 ejidatarios, comuneros y posesionarios de tierra social.
Recuadro
Las reformas
El 6 de enero de 1992 se reformó el artículo 27 Constitucional sobre la propiedad de la tierra y los recursos naturales. También se cambio la Ley Agraria.
El artículo original plasmado en la Constitución de 1917 establecía el reparto de la tierra para todos los que carecían de ella, existiendo trámites de dotación de ejidos.
La tierra ejidal o comunal no se podía vender, embargar, hipotecar ni preescribir.
Establecía límites a la propiedad privada con un máximo de 100 hectáreas de riego; 200 has. de temporal; 300 de cafetal; 8 mil has. de bosque.
No se permitía a las empresas ser dueñas de tierras.
Con las reformas establecidas por el Congreso de la Unión a petición del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, se decretó el fin del reparto agrario a partir de 1992; se abre al mercado la tierra ejidal o comunal, es decir, se les quita su carácter de invendibles, inembargables e imprescriptibles, permitiéndose así la venta de tierras a la propiedad privada.
Se permite también que las sociedades mercantiles puedan ser propietarias de predios 25 veces más que lo permitido para un propietario individual (hasta 2 mil 500 has. de riego).
Frases
“Se da mucho la transmisión de derechos vía contratos de enajenación ya sea gratuito u oneroso, se da en un promedio de 7 mil a 8 mil trámites al año...”
Everardo Gaxiola Gaxiola
Delegado del RAN
“Nosotros estamos convocando a los ejidatarios a que no vendan su parcela, que la renten si no pueden sembrarla...”
Germán Escobar
Dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias
Ejidos en crisis
Se disparan la venta y renta de parcelas ejidales en Sinaloa; el sector social se va quedando 'mocho' y emerge una especie de neolatifundio; más del 60 por ciento del maíz es producido sólo por alrededor de 300 productores
Guillermo Gallardo
Primera de dos partes
El ejido está “mocho” y se encuentra en crisis.
En Sinaloa hay una nueva realidad en el campo donde ha resurgido el acaparamiento de tierras en unas cuantas manos, debido a la venta y renta de parcelas ejidales.
Incluso, investigadores y dirigentes campesinos se atreven a ponerle nombre: neolatifundismo.
Un dato que ilustra lo anterior: de las poco más de 500 mil hectáreas que se siembran de maíz cada ciclo otoño-invierno, alrededor de 300 mil son cultivadas por cerca de 300 productores, los cuales tienen en promedio mil hectáreas, aunque hay quienes poseen más de 2 mil. Es decir, alrededor del 60 por ciento de la actividad la controlan los grandes agricultores.
Para el investigador de la UAS, Óscar Aguilar Soto, especialista en el tema agrícola, la tendencia es a privatizar de manera absoluta el campo, e incluso, dice, actualmente el sector privado tiene acaparado el proceso productivo de Sinaloa, dejando de lado al campesino, quien prefiere vender o rentar sus tierras.
Juan Guerra Ochoa, Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno del Estado, reconoce que en la entidad se está ante el surgimiento de un nuevo esquema que podría llamársele neolatifundio.
“Las mayores producciones que se dan en Sinaloa, más que el viejo concepto de latifundio, es el que se producen miles de hectáreas por la vía de la renta, parece que estamos ante un neolatifundio donde no basta con comprar la tierra, sino sólo con rentarla y sobre esa base usufructuar”, indica.
Los cambios
El 6 de enero de 1992, el Congreso de la Unión, a solicitud del entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari, reformó el artículo 27 Constitucional con el que se abre al mercado la tierra ejidal.
A casi 20 años de los cambios, de acuerdo con información del Registro Agrario Nacional, en Sinaloa han adoptado el dominio pleno (convertirlo en propiedad privada) 203 núcleos agrarios, de manera total o parcial.
Everardo Gaxiola Gaxiola, delegado del RAN, informa que la superficie total que ha adoptado el dominio pleno son 57 mil 652 hectáreas, con la generación de 5 mil 978 títulos de propiedad, beneficiando a 4 mil 453 personas.
En la entidad hay 3 millones 872 mil hectáreas que pertenecen a mil 303 núcleos agrarios, entre tierras agrícolas, ganaderas y forestales, con 152 mil 779 ejidatarios y comuneros. De este total, sólo el 1.49 por ciento han optado por privatizar sus posesiones.
Gaxiola Gaxiola expone que los ejidos que han adquirido el dominio pleno son principalmente aquellos que están siendo absorbidos por las manchas urbanas de Culiacán, Mazatlán y Ahome, principalmente.
“Las causas que más motivan la conversión de régimen social a propiedad privada es la necesidad de créditos por la banca privada porque una propiedad social es inembargable, además de las necesidades de desarrollo de zonas turísticas, urbanas e industriales sobre áreas ejidales”, asevera.
Pero, hay otra forma de venta de parcelas que se está dando y se le llama enajenación de derechos parcelarios que se registra mediante un contrato. Sin embargo, la tierra sigue siendo ejidal, pero con nuevo dueño.
El delegado del RAN reconoce que la venta de parcelas se da principalmente porque la tierra en Sinaloa ha adquirido mucho valor.
“Sí, en los últimos tiempos ha sido muy significativa la venta de parcelas. Aquí en Sinaloa es un trámite muy socorrido, yo creo que es de los principales estados del país donde se da más por la vocación agrícola del estado.
“Se da mucho la transmisión de derechos vía contratos de enajenación ya sea gratuito u oneroso, se da en un promedio de 7 mil a 8 mil trámites al año, producto de un contrato de enajenación, son tierras que se quedan en el mismo ejido pero que cambian de dueño”, agrega.
Sin embargo, para el funcionario el ejido en Sinaloa es una institución jurídica fuerte ya que en Sinaloa el 70 por ciento de la superficie total se ubica en la propiedad social. De ésta, casi 95 por ciento es de régimen ejidal.
De acuerdo con el Censo Agropecuario 2007 y el IX Censo Ejidal realizado por el INEGI, en los últimos 10 años han cambiado de dueño en el País 3 millones 97 mil 658 hectáreas en 20 mil 989 ejidos y comunidades, superficie casi similar y comparable al total del sector social sinaloense.
De este universo, en el estado han sido enajenadas 179 mil 372 hectáreas en mil 22 ejidos o comunidades agrarias, ubicándose en el quinto lugar nacional, sólo abajo de Hidalgo, Coahuila, Sonora y Veracruz, reporta el INEGI.
La renta, principal problema
Pero la venta de tierras no es el principal problema.
Especialistas, dirigentes campesinos y funcionarios de gobierno coinciden en que lo que más prolifera es la renta.
Aguilar Soto revela que un equipo de investigadores de la UAS, conjuntamente con funcionarios del Centro de Estudios de Desarrollo Sustentable para la Seguridad Alimentaria de la Cámara de Diputados federal realizaron un estudio sobre lo que está sucediendo en el campo sinaloense, principalmente en lo relativo a la nueva apertura del mercado de tierras ejidales.
“Nosotros, preocupados por este tema, hicimos un sondeo en los principales valles agrícolas de Sinaloa ubicados en Culiacán, Navolato, Salvador Alvarado, Angostura, Guasave y Ahome. Establecimos una serie de entrevistas para conocer la situación”, dice.
El docente de la UAS comenta que primero pensaban que la tierra se estaba vendiendo en mayor medida y que la renta era de menor peso.
Informa que el resultado del estudio fue sorprendente, porque de cada 10 ejidatarios entrevistados, ocho tenían rentadas sus tierras, uno la vendió y otro la conserva.
“Muchos de ellos emigraban a Estados Unidos a trabajar en actividades del campo, otros a Culiacán en busca de mayor ingreso, pero la mayor preocupación es que una gran cantidad de los hijos tampoco se dedican a la actividad y algunos a actividades ilegales”, expone.
Otro dato revelador es que en los valles se está dando el acaparamiento de tierras en unas cuantas manos, e incluso, cita, personas que se dedicaban antes sólo a la compra de granos, hoy han acaparado todo el proceso productivo sembrando grandes extensiones de tierra.
“Todos sabemos quién controla el valle de San Lorenzo, esta persona no sólo les renta sino que está comprando la tierra del sector social”, denuncia.
El dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, Germán Escobar, reconoce que muchos ejidatarios están vendiendo o rentando sus parcelas.
“Nosotros estamos convocando a los ejidatarios a que no vendan su parcela, que la renten si no pueden sembrarla, porque ya ve como está el asunto de los créditos, ha habido años malos y la gente pues muchas veces tiene que tener ingresos para la familia. Ya ve que el año pasado no hubo utilidad”, justifica.
-- ¿Por qué se está dando este fenómeno, a que lo atribuye?
-- A las políticas públicas hacia el campo. Ahorita hay poca rentabilidad. Sembrar una hectárea de maíz cuesta 20 mil pesos con todo e insumos y si vendimos el año pasado a 2 mil 200 ¿cómo ve las cuentas? Y si levantan 8 ó 9 toneladas por hectárea. La media son 10, pero hay muchos que cosechan menos, por ejemplo ahorita levantan 6, 7 y 8, afortunadamente el precio es rentable, pero el año pasado estaba bajo.
Asevera que si el campesino no puede pagar el crédito, tiene que vender la parcela para pagar, o en el mejor de los casos rentarla.
-- ¿Cómo está el problema de la renta de tierras?
-- En el norte se da mucho eso, en todos lados se está dando eso porque no es costeable. Se tiene que rentar hasta maquinaria y con 10 hectáreas no es redituable.
Manifiesta que desde que se reformó el artículo 27 Constitucional empezó a formarse un nuevo latifundio.
Side
Pueden desaparecer: UGOCM
Para Alfredo Gallardo Velarde, dirigente de la Unión General de Obreros y Campesinos de México, Lázaro Cárdenas, el ejido puede desaparecer y esa posibilidad surgió luego de que Carlos Salinas de Gortari reformara la Constitución.
“El campo está viviendo momentos difíciles porque la agricultura ha sido un fracaso en los últimos años y por ello muchos optan por salirse de la actividad y abandonar la tierra”, indica.
Pero lo peor del caso es que está quedando en manos de unas cuantas personas, advierte el dirigente campesino.
“Ahí el peligro es que vuelve otra vez el latifundio y otra vez va a venir otra revolución... eso es lo que están propiciando los cambios a la Constitución. Si no me va a tocar a mí, les va a tocar a otros luchar por la tierra de nuevo”, vaticina.
-- ¿El productor de riego pequeño que está haciendo?
-- Está emigrando a las ciudades la mayoría de los ejidatarios porque no tienen créditos para sembrar y prefieren rentar, es ahí donde está la renta masiva de terrenos. No son productivos...
Ahorita el 50 por ciento de los ejidos están mochos; se han vendido cientos de hectáreas...
Incluso, hay gente que renta hasta 3 mil hectáreas de maíz con todo y apoyos del Procampo.
Mañana:
Urge rescatar al ejido
Recuadro
El 'pastel' social
De acuerdo con el IX Censo Ejidal del INEGI en 2007, en el país hay 31 mil 518 ejidos y comunidades agrarias. El 91.9 por ciento son ejidos y el 8.1 por ciento restantes son comunidades agrarias.
Los estados con más ejidos son Veracruz, Chiapas, Michoacán, Oaxaca y Guanajuato, los cuales concentran el 40.3 por ciento de las propiedades sociales de México.
En promedio, detalla el censo, cada ejidatario, comunero o posesionario con parcela, tiene 7.5 hectáreas.
Del total de la superficie agrícola, sólo el 19.8 por ciento es de riego y el 80.2 por ciento restante es de temporal.
En Sinaloa hay mil 303 ejidos y comunidades agrarias donde trabajan 166 mil 257 ejidatarios, comuneros y posesionarios de tierra social.
Recuadro
Las reformas
El 6 de enero de 1992 se reformó el artículo 27 Constitucional sobre la propiedad de la tierra y los recursos naturales. También se cambio la Ley Agraria.
El artículo original plasmado en la Constitución de 1917 establecía el reparto de la tierra para todos los que carecían de ella, existiendo trámites de dotación de ejidos.
La tierra ejidal o comunal no se podía vender, embargar, hipotecar ni preescribir.
Establecía límites a la propiedad privada con un máximo de 100 hectáreas de riego; 200 has. de temporal; 300 de cafetal; 8 mil has. de bosque.
No se permitía a las empresas ser dueñas de tierras.
Con las reformas establecidas por el Congreso de la Unión a petición del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, se decretó el fin del reparto agrario a partir de 1992; se abre al mercado la tierra ejidal o comunal, es decir, se les quita su carácter de invendibles, inembargables e imprescriptibles, permitiéndose así la venta de tierras a la propiedad privada.
Se permite también que las sociedades mercantiles puedan ser propietarias de predios 25 veces más que lo permitido para un propietario individual (hasta 2 mil 500 has. de riego).
Frases
“Se da mucho la transmisión de derechos vía contratos de enajenación ya sea gratuito u oneroso, se da en un promedio de 7 mil a 8 mil trámites al año...”
Everardo Gaxiola Gaxiola
Delegado del RAN
“Nosotros estamos convocando a los ejidatarios a que no vendan su parcela, que la renten si no pueden sembrarla...”
Germán Escobar
Dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias
Ejidatarios, en peligro de extinción
Urge rescatar al ejido
El sector social del campo está 'envejeciendo'; actualmente no es rentable cultivar 10 hectáreas o menos; llaman dirigente campesino e investigador a reactivar al pequeño productor; propone Guerra nuevo esquema de asociación
Guillermo Gallardo
Segunda parte
El ejido está “envejeciendo” y peligra su existencia, por lo que urge sea rescatado para revertir la tendencia de venta y renta de parcelas.
Hoy, los modelos de producción no han favorecido al pequeño campesino que posee 10 hectáreas o menos, situación que ha orillado a muchos a dejar la tierra.
Ahora, parte del campo tiene nuevos dueños derivado de las reformas al Artículo 27 Constitucional que permiten la compra-venta de tierras del sector social. Pero a la par se está generando un acaparamiento por medio del rentismo parcelario.
Para Germán Escobar, dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, los ejidatarios venden sus parcelas por necesidad, por cumplir compromisos de créditos y falta de rentabilidad, por lo que están buscando revertir esta tendencia y hacer redituable la actividad ejidal.
“Tenemos que avanzar en políticas públicas, hacer compras en volumen de forma organizada, que haya créditos oportunos, bajar precios de los insumos y elevar la producción para hacer rentable el campo”, enumera.
Un serio problema
Juan Guerra Ochoa, Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, reconoce que hay serios problemas de venta de tierra y emigración hacia las ciudades, pero que el más grave es el rentismo y obedecen a una causa:
“Obedecen al hecho de que producir 10 hectáreas, aún de riego, no está resultando rentable en el campo sinaloense, y no resulta rentable porque la tecnología y los esquemas de apoyo diseñados están orientados a superficies más grandes. Un tractor, la tecnología disponible en Sinaloa, es para tener como mínimo 50 hectáreas, entonces comprar un tractor para 10 hectáreas es incosteable porque se está pagando mucho más e invirtiendo mucho más de la capacidad que se tiene de producción”, expresa.
Asimismo, indica, comprar insumos es demasiado caro, además del crédito que se encarece porque se tiene que accesar a través de parafinancieras.
“Entonces, lo más cómodo, y creo que la mayoría de la gente lo que está haciendo es rentar, lo más cómodo es recibir 8 ó 10 mil pesos por hectárea, que no es despreciable, sin invertirle nada. La mayor tendencia es: mejor rento, me quito de problemas y preocupaciones”.
Guerra Ochoa propone regresar a los esquemas de asociación de ejidatarios para la producción, en la que los grupos compren un tractor con un apoyo del Gobierno, además de un esquema crediticio de la banca donde sea el mismo tractor la garantía.
“Es un esquema anterior que se sostuvo y que costó mucho, y en verdad hay que reconocerlo si queremos reconstruirlo, había grandes organizaciones de productores, estábamos en un esquema de precios de garantías y subisidios, pero lo grave no fue ni siquiera los precios de garantías y subsidios, lo grave es que acentuó la corrupción en las uniones de ejidos sin la suficiente vigilancia, lo que terminó con una serie de líos como actualmente ocurre cuando se le da una bodega a organizaciones, ha habido muchas de esta naturaleza”.
Este tipo de esquemas persisten, agrega, pero hay que mejorarlos.
Hoy, dice, este modelo se puede reconstituir pero se tienen que cambiar los esquemas de apoyo.
“Nos va a costar trabajo porque también tenemos otro fenómeno en el campo: un envejecimiento de la población, o sea, los jóvenes ya no quieren saber del campo como antes que añoraban heredar la parcela ejidal, hoy para los jóvenes no es atractivo amarrarse a la tierra, entonces cada vez tenemos más gente de la tercera edad o ya de 80, 90 años trabajando todavía la tierra”, reconoce.
Lo importante, indica, es reactivar el ejido y las pequeñas propiedades de menos de 30 hectáreas, porque sólo haciéndolas rentables, podrán regresar los jóvenes al campo.
¿Qué pasa con el sector social?
Para el investigador de la UAS, Óscar Aguilar Soto, el sector social se está quedando en las páginas de los recuerdos y la tendencia de los ejidatarios es a salirse de ahí y sólo quedan los viejos contando sus historias de vida.
El especialista en temas agrícolas expone que en la producción y comercialización de granos participan actores que tienen capacidad para desarrollarse y competir en el mercado y que en este caso sólo lo pueden hacer los grandes o medianos agricultores.
-- ¿Cuál es la tendencia actual?
-- La tendencia es a privatizar de manera absoluta el campo de manera escondida a través de medidas que disfrazan situaciones. A qué me refiero, a los empresarios ya no les interesan tanto las propiedades, les interesa el control de los procesos productivos, es lo mismo que las empresas extranjeras, no compran, vienen y rentan y cuando quieren se van. No poseen la tierra pero sí todo lo que la tierra produce.
Se está generando, no sé si llamarlo neolatifundismo, que ya no tiene que ver con la propiedad, sino con el control de los procesos productivos y las ganancias que se generan y esto las autoridades lo han cobijado con la propia ley.
Para el investigador, lo que se debe exigir es un nuevo pacto social en el que esté el gobierno, el sector social y el privado donde se permita que todos participen en la elaboración de políticas públicas diferenciadas donde a cada quién se le dé lo que necesite para hacerlos productivos.
Por lo pronto, concluye, los ejidos permanecen en el papel, en los datos del INEGI o Sagarpa, pero es una imagen falsa porque ellos solamente sobreviven, pero no controlan nada.
Recuadro
Se van los jóvenes;
se quedan los viejos
De acuerdo con el INEGI, la mayoría de los jóvenes no se incorporan a las actividades del ejido al alcanzar la edad adulta y emigran principalmente a Estados Unidos y en menor medida se integran a actividades económicas de localidades cercanas a los asentamientos ejidales o se van a las ciudades del interior del País.
Sólo en una tercera parte de las propiedades sociales, los jóvenes se quedan en sus localidades para desarrollar actividades en las parcelas de sus padres.
Frases
La tendencia es a privatizar de manera absoluta el campo de manera escondida a través de medidas que disfrazan situaciones....”
Óscar Aguilar Soto
Investigador de la UAS
“...producir 10 hectáreas, aún de riego, no está resultando rentable en el campo sinaloense, y no resulta rentable porque la tecnología y los esquemas de apoyo diseñados están orientados a superficies más grandes”.
Juan Guerra Ochoa
Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca
Urge rescatar al ejido
El sector social del campo está 'envejeciendo'; actualmente no es rentable cultivar 10 hectáreas o menos; llaman dirigente campesino e investigador a reactivar al pequeño productor; propone Guerra nuevo esquema de asociación
Guillermo Gallardo
Segunda parte
El ejido está “envejeciendo” y peligra su existencia, por lo que urge sea rescatado para revertir la tendencia de venta y renta de parcelas.
Hoy, los modelos de producción no han favorecido al pequeño campesino que posee 10 hectáreas o menos, situación que ha orillado a muchos a dejar la tierra.
Ahora, parte del campo tiene nuevos dueños derivado de las reformas al Artículo 27 Constitucional que permiten la compra-venta de tierras del sector social. Pero a la par se está generando un acaparamiento por medio del rentismo parcelario.
Para Germán Escobar, dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, los ejidatarios venden sus parcelas por necesidad, por cumplir compromisos de créditos y falta de rentabilidad, por lo que están buscando revertir esta tendencia y hacer redituable la actividad ejidal.
“Tenemos que avanzar en políticas públicas, hacer compras en volumen de forma organizada, que haya créditos oportunos, bajar precios de los insumos y elevar la producción para hacer rentable el campo”, enumera.
Un serio problema
Juan Guerra Ochoa, Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, reconoce que hay serios problemas de venta de tierra y emigración hacia las ciudades, pero que el más grave es el rentismo y obedecen a una causa:
“Obedecen al hecho de que producir 10 hectáreas, aún de riego, no está resultando rentable en el campo sinaloense, y no resulta rentable porque la tecnología y los esquemas de apoyo diseñados están orientados a superficies más grandes. Un tractor, la tecnología disponible en Sinaloa, es para tener como mínimo 50 hectáreas, entonces comprar un tractor para 10 hectáreas es incosteable porque se está pagando mucho más e invirtiendo mucho más de la capacidad que se tiene de producción”, expresa.
Asimismo, indica, comprar insumos es demasiado caro, además del crédito que se encarece porque se tiene que accesar a través de parafinancieras.
“Entonces, lo más cómodo, y creo que la mayoría de la gente lo que está haciendo es rentar, lo más cómodo es recibir 8 ó 10 mil pesos por hectárea, que no es despreciable, sin invertirle nada. La mayor tendencia es: mejor rento, me quito de problemas y preocupaciones”.
Guerra Ochoa propone regresar a los esquemas de asociación de ejidatarios para la producción, en la que los grupos compren un tractor con un apoyo del Gobierno, además de un esquema crediticio de la banca donde sea el mismo tractor la garantía.
“Es un esquema anterior que se sostuvo y que costó mucho, y en verdad hay que reconocerlo si queremos reconstruirlo, había grandes organizaciones de productores, estábamos en un esquema de precios de garantías y subisidios, pero lo grave no fue ni siquiera los precios de garantías y subsidios, lo grave es que acentuó la corrupción en las uniones de ejidos sin la suficiente vigilancia, lo que terminó con una serie de líos como actualmente ocurre cuando se le da una bodega a organizaciones, ha habido muchas de esta naturaleza”.
Este tipo de esquemas persisten, agrega, pero hay que mejorarlos.
Hoy, dice, este modelo se puede reconstituir pero se tienen que cambiar los esquemas de apoyo.
“Nos va a costar trabajo porque también tenemos otro fenómeno en el campo: un envejecimiento de la población, o sea, los jóvenes ya no quieren saber del campo como antes que añoraban heredar la parcela ejidal, hoy para los jóvenes no es atractivo amarrarse a la tierra, entonces cada vez tenemos más gente de la tercera edad o ya de 80, 90 años trabajando todavía la tierra”, reconoce.
Lo importante, indica, es reactivar el ejido y las pequeñas propiedades de menos de 30 hectáreas, porque sólo haciéndolas rentables, podrán regresar los jóvenes al campo.
¿Qué pasa con el sector social?
Para el investigador de la UAS, Óscar Aguilar Soto, el sector social se está quedando en las páginas de los recuerdos y la tendencia de los ejidatarios es a salirse de ahí y sólo quedan los viejos contando sus historias de vida.
El especialista en temas agrícolas expone que en la producción y comercialización de granos participan actores que tienen capacidad para desarrollarse y competir en el mercado y que en este caso sólo lo pueden hacer los grandes o medianos agricultores.
-- ¿Cuál es la tendencia actual?
-- La tendencia es a privatizar de manera absoluta el campo de manera escondida a través de medidas que disfrazan situaciones. A qué me refiero, a los empresarios ya no les interesan tanto las propiedades, les interesa el control de los procesos productivos, es lo mismo que las empresas extranjeras, no compran, vienen y rentan y cuando quieren se van. No poseen la tierra pero sí todo lo que la tierra produce.
Se está generando, no sé si llamarlo neolatifundismo, que ya no tiene que ver con la propiedad, sino con el control de los procesos productivos y las ganancias que se generan y esto las autoridades lo han cobijado con la propia ley.
Para el investigador, lo que se debe exigir es un nuevo pacto social en el que esté el gobierno, el sector social y el privado donde se permita que todos participen en la elaboración de políticas públicas diferenciadas donde a cada quién se le dé lo que necesite para hacerlos productivos.
Por lo pronto, concluye, los ejidos permanecen en el papel, en los datos del INEGI o Sagarpa, pero es una imagen falsa porque ellos solamente sobreviven, pero no controlan nada.
Recuadro
Se van los jóvenes;
se quedan los viejos
De acuerdo con el INEGI, la mayoría de los jóvenes no se incorporan a las actividades del ejido al alcanzar la edad adulta y emigran principalmente a Estados Unidos y en menor medida se integran a actividades económicas de localidades cercanas a los asentamientos ejidales o se van a las ciudades del interior del País.
Sólo en una tercera parte de las propiedades sociales, los jóvenes se quedan en sus localidades para desarrollar actividades en las parcelas de sus padres.
Frases
La tendencia es a privatizar de manera absoluta el campo de manera escondida a través de medidas que disfrazan situaciones....”
Óscar Aguilar Soto
Investigador de la UAS
“...producir 10 hectáreas, aún de riego, no está resultando rentable en el campo sinaloense, y no resulta rentable porque la tecnología y los esquemas de apoyo diseñados están orientados a superficies más grandes”.
Juan Guerra Ochoa
Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca
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