CAMPOS PESQUEROS
Hundidos en la marginación
En los pueblos ribereños persiste el desempleo y la crisis económica que traen consigo problemas sociales como la drogadicción, el alcoholismo y la prostitución; los pescadores 'prenden sus veladoras' a la próxima temporada de camarón y esperan justicia
Guillermo Gallardo
Primera de dos partes
Un expendio de cerveza da la “bienvenida” al campo pesquero Las Arenitas.
Hasta ahí llega la carretera pavimentada e inician las calles de terracería llenas de hoyos y lagunas. Es un pueblo abandonado por la “mano de Dios”.
En este sitio, como en las 54 comunidades costeras de Sinaloa, se “respira” y se palpa la pobreza.
Ahí, a unas cuadras, se encuentra el pescador Joaquín Machado, sentado a un costado de su casa remendando sus redes, con la esperanza de que la temporada de capturas de camarón que está por iniciar le deje algunos pesos, de perdida para “irla pasando”.
Mira a su alrededor con tristeza, mientras reflexiona sobre la marginación en la que se encuentran sumidos desde hace muchos años.
“Quién sabe cuándo haya justicia, oiga”, expresa el hombre del mar, mientras se queja de los problemas que enfrentan los pescadores en época de veda, sin que el Gobierno los apoye para generar empleos permanentes en el lugar.
Engloba la situación de su comunidad en cuatro palabras: “aquí no tenemos nada”...
Machado dice que nació siendo pescador. Ahora tiene siete hijos que también se han dedicado al mar porque no tuvo dinero para darles estudio.
“Nunca tuve becas para que mis hijos estudiaran. Tenía una hija estudiando en Culiacán, pero dejó su carrera a medias por falta de dinero”.
Reconoce que recientemente los gobiernos federal y estatal los han apoyado con resina y pintura para arreglar las artes de pesca, así como mil 700 pesos de empleo temporal, pero que es insuficiente para resolver los graves problemas que tienen.
Mientras remienda una red, el pescador lamenta el estado de su comunidad, de la drogadicción, el alcoholismo y la falta de servicios públicos.
Pero también se le iluminan los ojos cuando asegura que hay mucho camarón en la bahía, aunque reclama el saqueo de crustáceo que están realizando grupos furtivos sin que las autoridades hagan algo para pararlo.
Esperan tiempos mejores
Más allá, a la orilla de la bahía, están Feliciano “Chano” Campaña y Martha Elena Alvarado, sentados afuera de su casa contemplando el mar, esperando mejores tiempos.
Frente a ellos está la riqueza marina: el camarón.
“Este año parece que será mejor. Hay más camarón que otros años, esperemos que así sea”, expresa don “Chano” Campaña, quien ha sido pescador toda su vida.
Lamenta que ahora sean más pescadores los que explotan el recurso marino.
“Antes eran años mejores porque rendía más el dinero y había más producción. También ha aumentado mucho el número de pescadores”, asevera.
Además, dice, el poco empleo que mantenía al pueblo “murió” hace como 10 años cuando cerró la planta congeladora de camarón donde trabajaban hasta las mujeres.
“Necesitamos otras fuentes de trabajo, como cuando estaba la planta congeladora de camarón porque había empleo. Las mujeres trabajaban, pero tiene como unos 10 años que cerró. Se beneficiaba mucho uno porque no malbarataba el camarón”.
A pesar de la incertidumbre en la que han vivido los últimos meses por la veda del camarón, don “Chano” espera que les vaya mejor en la próxima temporada.
“Yo estoy lurio porque quiero que sea una buena zafra porque así hay dinero para todos. La esperanza muere al último”.
-- ¿Qué hacen en época de veda del camarón?
-- Buscamos trabajo en los empaques, en los invernaderos, porque es largo el tiempo. Otros buscan empleo en las granjas camaroneras. Así se hace la vida aquí porque ya ve que está dura la situación.
Algunos trabajan en el pescado, otros en la pata de mula y la jaiba y apenas sale para comer.
En el pueblo se ve poca actividad, la mayoría de los habitantes están en sus casas. Algunos pescadores toman parte del día para arreglar sus pangas con la resina que les dio el gobierno. Otros más salieron a pescar jaiba y unos se emplearon en las granjas acuícolas cercanas.
Pero una gran mayoría está sin trabajo esperando el levantamiento de la veda del camarón, que según el presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras, Armando Castro Real, esperan que sea para la primera semana de septiembre.
Martha Elena Alvarado expone la difícil situación por la que atraviesan todos los años.
“Antes daba apoyos la cooperativa, ahora no, ahora el pescador se tiene que rascar con sus propias uñas y ahorita no tienen para reparar sus pangas. Hoy ya no las arreglan ni las pintan como antes. En otros años, en este tiempo, se miraba a la gente arreglando sus pangas, ahora no tienen para hacerlo. El gobierno les dio un poco de ayuda pero no fue mucha, y no a todos”, manifiesta.
Sólo endeudándose, indica, la gente puede lograr sobrevivir.
“El pescador tiene ahorita muchas cuentas que pagar en la Coppel, abarrotes, entonces esperamos que haya buena producción para salir adelante.
“El resto del año sólo están pidiendo prestado, por ejemplo, hay algunos que tienen hasta equipos empeñados, pangas, motores empeñados, ¿con qué dinero los van a sacar? Tienen que pedir de nuevo prestado para sacar los equipos”, agrega.
Todo en el pueblo “huele” a viejo, el salitre ha corroído el enjarre de muchas de las casas; otras viviendas sólo están construidas de lámina.
Los únicos gritos que se escuchan son los de los niños que juegan descalzos a la orilla o se bañan en el mar. Es la única distracción de los menores.
A lo lejos está Víctor Alfredo García Velázquez, quien junto con dos trabajadores más están recibiendo la jaiba que algunos pescadores sacaron por la mañana.
“La situación se pone crítica en todos los campos pesqueros y ahorita la única actividad que tenemos es la jaiba. Se sacan hasta 40 kilos por lancha”, expone.
Pero también tienen problemas. La pequeña planta en la que están recibiendo el producto no tiene energía eléctrica desde hace un año y por ello no pueden refrigerar la jaiba.
Deben entre 25 mil y 30 mil pesos a la CFE y ninguna autoridad ha podido ayudarles para negociar la liquidación del adeudo en plazos.
Así que tienen que trabajar de manera rústica.
“El pescador no tiene garantía de nada”, asegura García Velázquez.
Así transcurren los días en Las Arenitas, donde ven la vida pasar, en espera de tiempos mejores.
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SIDE BAR
'Rescatan' El Conchal
El Conchal es otro de los pueblos costeros del municipio de Culiacán donde los pescadores están esperando mejores oportunidades de desarrollo.
Pero ha nacido una nueva actividad luego de que el Ayuntamiento les construyera un malecón. Ahora los pobladores buscan explotar el turismo que poco a poco aumenta los fines de semana.
Pero quienes se mantienen de esta actividad aún son muy pocos. Tres restaurantes de mariscos y un quiosco con venta de dulces, botanas y refrescos representan la actividad económica.
Con una inversión de cerca de 7 millones de pesos fue construido un malecón de 380 metros lineales, muelles, quioscos, juegos infantiles, canchas deportivas y alumbrado público con el que cambió la imagen del poblado.
Sin embargo, esta infraestructura que tiene más de un año y aún está subutilizada, contrasta con las calles y casas de los habitantes, donde la pobreza está presente.
El nuevo malecón le da vida al lugar, pero la actividad principal, que es la pesca, está apagada.
“Estamos bien marginados”, cita Vidal Moreno Camacho, mientras camina con su red en el hombro hacia una panga que lo llevaría a pescar lisas, actividad que lo sostiene en tanto llega la temporada de captura de camarón.
Mientras que entre semana la comunidad luce sola, sábado y domingo revive con el turismo regional que llega desde Culiacán y pueblos cercanos.
Side
Es lastimosa la situación
El dirigente de los ribereños, Armando Castro Real, expone que es lastimosa la situación de pobreza que se vive en las comunidades costeras y que los principales problemas sociales que enfrentan son la drogadicción, el alcoholismo y la prostitución.
“Hay de todo como en todos lados. Los grandes males van siempre agarrados de la mano de los problemas económicos”, cita.
Para Juan Guerra Ochoa, Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, es en estos lugares donde persiste la mayor descomposición social porque no hay alternativas de empleo, por lo que el nuevo Gobierno realizará acciones que lleven a mejorar las condiciones.
“Hay grandes poblaciones y no hay alternativas claras de desarrollo, entonces, tienes que empezar a generarlas”, asevera.
Recuadros
Cuántos son
En el estado hay poco más de 12 mil pescadores ribereños organizados constituidos en 140 cooperativas en el estado ubicadas en 54 campos pesqueros. A la par han surgido una cantidad similar de pescadores libres. En total, más de 50 mil familias viven de la actividad pesquera en el estado, asegura la Federación de Cooperativas Pesqueras de la Zona Centro.
Gran extensión
Sinaloa tiene 640.17 kilómetros de litorales ricos en especies, lo que representa el 5.5 por ciento de los litorales del país.
Principales especies
Las principales especies que se capturan en el estado son el camarón, el atún, lisa y la sardina.
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“Nunca tuve becas para que mis hijos estudiaran. Tenía una hija estudiando en Culiacán, pero dejó su carrera a medias por falta de dinero”.
Joaquín Machado
Pescador
"...hay algunos que tienen hasta equipos empeñados, pangas, motores empeñados, ¿con qué dinero los van a sacar? Tienen que pedir de nuevo prestado para sacar los equipos”.
Martha Elena Alvarado
Esposa de pescador
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