La ruptura social
Llaman a inculcar valores
La pérdida de valores ha generado la
ruptura y destrucción de las familias; especialistas aseguran que
son los adultos los responsables de que los hijos sean violentos o se
conviertan en asesinos de sus propios padres y hermanos
Guillermo Gallardo
Quinta parte
La pérdida de valores ha llevado a la
violencia, a la ruptura y a la destrucción de las familias, al grado
de provocar hasta el asesinato de padres, hijos y hermanos.
Al menos eso es lo que se ha
evidenciado cuando en los últimos cinco años se han registrado en
Sinaloa cinco parricidios.Uno de los crímenes que más han impactado a la sociedad sinaloense es el caso del joven Mario Alberto Coyotl Vidaña, quien es acusado de asesinar el 23 de octubre del presente año a su mamá María de los Ángeles Vidaña y sus hermanos Mariana, Geovani y Jonathan, luego de que la familia sufrió violencia intrafamiliar.
También llamó la atención social el multihomicidio perpetrado por el joven Abel Francisco Romero Castro quien mató a su papá Abelino Romero Cota, a sus medias hermanas Shakira Rubí, Lluvia Esmeralda y Cecilia Guadalupe y a su madrastra Enriqueta López Rodríguez, el 23 de noviembre de 2007.
Estos hechos impactantes son el reflejo de una sociedad cada vez más violenta, donde los hechos de sangre y los golpes son considerados comunes en muchas familias.
Además, el entorno negativo ha provocado un serio daño a los niños, aunado a la baja enseñanza de valores en el núcleo familiar.
Pero ¿quién es el culpable de que un joven le quite la vida a sus propios padres y hermanos? Todos. Según especialistas la sociedad en su conjunto ha reprobado en la formación de nuevos individuos.
¿Pero, qué se está haciendo mal al interior de la familia? Es una reflexión que los padres se deben hacer, porque no se ha logrado dar una respuesta coherente y válida al nuevo rol familiar.
“Nos ha faltado imaginación, nos ha faltado formación y conocimiento sobre este nuevo rol. Por el contrario, terminó por abrir esa brecha que está construyendo niños abandonados, niños creados por la televisión, por los abuelos, muchos de ellos por la calle, los amigos o las malas amistades”, expone el especialista en sicología social, Tomás Guevara Martínez.
La directora del Ismujeres, Elizabeth Ávila Carrancio, asevera que el padre no ha entrado a cumplir sus funciones del hogar, dejando a la mujer saturada de responsabilidades como ser mamá, ama de casa y empleada fuera de la familia.
Niños violentos
La titular del Instituto Sinaloense de las Mujeres, Elizabeth Ávila Carrancio, revela que un crimen como el perpetrado en San Manuel, Eldorado, donde murió la mamá y tres hijos evidencia una pérdida de valores elementales como el amor y el respeto, y refleja la destrucción y pérdida de la familia.
¿Pero qué hijos estamos formando? Niños violentos.
“Son niños que van a ir a agredir a otros porque así fueron educados, esa es la realidad que ellos viven. Viven una realidad de violencia familiar y lo van a replicar en la sociedad, eso es lo que no entendemos, lo vulnerable que nos deja al no ser atendida la violencia intrafamiliar”, expresa la titular del Ismujeres.
Estos niños y jóvenes violentos pueden llegar hasta asesinar a sus padres y hermanos si viven en un entorno violento.
“Esto lo vimos en Eldorado. El muchacho que presuntamente asesinó a su madre y hermanos tiene la característica de abusos, de haber vivido la violencia, por la forma en que se comete el crimen”.
“Además, hay otra realidad, también hay niños que van a su escuela y golpean a sus compañeros. Ni siquiera se dan cuenta de su problema, lo ven de manera normal y natural, es decir, se normaliza la violencia y eso es lo grave, porque tu familia te enseña que la violencia es normal y entonces tú vas a mandar a ese niño a la sociedad a convivir con otros”, puntualiza.
De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, sufre violencia física o sicológica cerca del 40 por ciento de la población escolar en primarias y secundarias.
Ávila Carrancio indica que se está generando una sociedad con grave crisis de valores, por lo que todos se deben de sentar a repensar el papel que están jugando en ello.
“Qué está haciendo cada uno para transformar esta realidad, porque si no nos sentamos a revalorar qué estamos haciendo, qué seres humanos estamos educando, quién sabe a dónde iremos a parar”, manifiesta.
El mundo adulto, culpable
El investigador en sicología social,
Tomás Guevara Martínez, asegura que los adultos son los culpables
de que los niños y jóvenes se estén desviando hacia la violencia,
a tal grado de asesinar a su propia familia.
Asevera que en la actualidad hay una
ruptura en la sociedad, abriendo una gran brecha entre padres e
hijos.“Yo no creo que esto (asesinatos) sea un acto voluntario de esta generación de jóvenes y niños, ellos son producto de una forma de vida creada por los adultos. Somos los adultos los que tenemos que asumir nuestra responsabilidad ante este quiebre social, de estas manifestaciones de ruptura valorativa y moral de la sociedad”, afirma.
“Este tipo de cuestiones, creo que debemos verlas en la balanza como sociedad y debemos pensar en que los jóvenes son producto y consecuencia del orden social creado por nosotros los adultos y tenemos que ver en qué parte hemos propiciado esta situación para resolverla y tomar medidas”, subraya.
El analista coincide con la dirigente del Ismujeres y con la Iglesia en que se debe involucrar a las autoridades en general, al sistema educativo, a los responsables de la cultura, a los padres de familia, a la religión, a las agrupaciones civiles y colonos, para buscarle solución.
“Es una tarea que debe asumir el mundo adulto para dar respuesta a esta crisis de seguridad”, asevera.
El especialista considera que hay valores que se están perdiendo, como el respeto, que muy pocos jóvenes tienen, cuando es un valor que puede estar sosteniendo o debería de sostener las interacciones sociales.
Otro valor perdido es el de la autoridad, reconoce.
“Cuando no hay respeto, ni hay formas de autoridad entre los jóvenes, se genera una ruptura de la función social, un resquebrajamiento donde cualquier cosa es posible que pase”, expresa.
“Esta situación es preocupante”, dice, “porque esta ruptura puede generar acciones como el asesinato de los padres, padrastros y hermanos, y aunque es de reconocer que esto ha sucedido en el pasado en otros estados, en Sinaloa no se había visto porque había una valoración muy grande de la familia”.
“Me sorprende mucho que estén empezando a surgir este tipo de crímenes porque evidencian, más que un distanciamiento, una ruptura desde la perspectiva de los valores y las normas sociales”, subraya.
Papás deben retomar su rol
Para la Iglesia católica los padres
deben de retomar el rol que les corresponde en la familia educando a
los hijos en el amor a Dios, al prójimo y al trabajo.
“Si los papás se esfuerzan en
inculcar estos tres ingredientes y dan fuertes convicciones a sus
hijos, podremos resolver muchas cosas”, afirma el vocero de la
Diócesis de Culiacán, Padre Esteban Robles, ante los graves
problemas que hay en Sinaloa al interior de las familias, como el
caso del joven Coyotl Vidaña, acusado de asesinar a su mamá y a sus
hermanos.Reconoce que en la actualidad hay una gran ruptura en la familia, donde los papás descuidan a sus hijos, no valoran la vida y no logran inculcar el verdadero amor a Dios y a la familia, ni al trabajo.
“Cuando le quitamos estos ingredientes, los papás no están llevando a cabo su deber como deben hacerlo, entonces vemos a las familias con este gran problema de desintegración familiar; al mismo tiempo, el ambiente que nos rodea también apunta a separarnos de la familia, hacia desdibujar o denigrar el rol de la mujer y el ser humano.
Esta desintegración familiar ha lanzado a muchos niños y jóvenes desde los 12 años a las drogas y luego a la delincuencia juvenil, algunos de ellos incluso son reclutados por el narcotráfico.
De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia, más de mil 400 niños, niñas y adolescentes han sido asesinados en México durante este sexenio federal.
Para disminuir la violencia y la desintegración familiar, Robles llama a mejorar la educación, la formación de los jóvenes, a realizar propuestas positivas como el arte, la cultura, el entretenimiento.
“Nos presentan ahora como valores el adulterio, el poder, el dinero fácil, el menor esfuerzo y la mala educación”, recrimina.
“En el momento que vemos falta de trabajo, vemos pocos espacios para estudiar, en nada abona a la solución de la problemática”.
“Además, los papás y las mamás deben tomar el rol que les corresponde dentro de la familia porque si quitamos a Dios de nuestra familia, entonces los hijos se van a desviar”.
Expone que actualmente no son los padres quienes están educando a sus hijos. En el mejor de los casos, asegura, son los abuelos quienes lo están haciendo, pero no son los más indicados para ello, ya que son dos generaciones y pensamientos totalmente diferentes.
“Si los papás están trabajando, y en otras actividades, los descuidan, los dejan en la calle, no saben dónde andan; todo eso da como resultado el total abandono de los hijos”, reprueba el Padre.
Hasta el momento, la sociedad no ha logrado resolver el problema de la descomposición social y familiar que está creando niños y jóvenes violentos. Y el problema va en aumento y urge a la sociedad resolverlo.
VALORES FAMILIARES
La alegría:
Es en el núcleo familiar donde se procura que los miembros se ayuden unos a otros en sus necesidades, en la superación de obstáculos y dificultades, así como el compartir los logros y éxitos de los demás.
En el fondo lo que se fomenta es dejar el egoísmo a un lado.
La generosidad:
Se entiende por generosidad el actuar
en favor de otras personas desinteresadamente y con alegría. Hacer
algo por otras personas puede traducirse de diferentes maneras, por
ejemplo, dar cosas, prestar juguetes, dar tiempo para escuchar y
atender a otro miembro de la familia, saludar, perdonar.El respeto:
El respeto hacia los demás miembros es otro de los valores que se fomentan dentro de la familia, no sólo respeto a la persona misma, sino también a sus opiniones y sentimientos. Respeto hacia las cosas de los demás miembros, respeto a su privacidad, respeto a sus decisiones.
La justicia:
La justicia se fomenta en el seno de la
familia al establecerse lo que corresponde a cada miembro de la
misma. Recordemos que la justicia consiste en dar a cada uno lo que
les corresponde.
La responsabilidad:
La responsabilidad supone asumir las
consecuencias de los propios actos, no sólo ante uno mismo sino ante
los demás. Para que una persona pueda ser responsable tiene que ser
consciente de sus deberes y obligaciones, es por ello, de gran
importancia que los hijos tengan sus responsabilidades y obligaciones
muy claras.
La lealtad:
La lealtad surge cuando se reconocen y
aceptan vínculos que nos unen a otros, de tal manera que se busca
fortalecer y salvaguardar dichos vínculos así como los valores que
representan.
La autoestima:
La autoestima es uno de los valores
fundamentales para el ser humano maduro, equilibrado y sano. Este
valor tiene sus raíces y fundamentos en el núcleo familiar.Se entiende por autoestima la visión más profunda que cada persona tiene de sí misma, influye de modo decisivo en las elecciones y en la toma de decisiones, en consecuencia conforma el tipo de vida, las actividades y los valores que elegimos.
Desde niños vamos construyendo el concepto de nosotros mismos de acuerdo a los mensajes recibidos de nuestros padres, hermanos, familiares, amigos y maestros.
Feminicidios
En Sinaloa este año han sido
asesinadas107 mujeres, entre ellas María de los Ángeles Vidaña y
su hija Mariana, junto con dos hermanos más, en San Manuel,
Eldorado.
Casos
Al menos cinco parricidios se han
registrado en los últimos cinco años en Sinaloa.
Fratricidio en la Biblia
El fratricidio ha sido registrado y
condenado por la Biblia a través del Libro de Génesis donde
menciona que Caín mató a su hermano Abel.
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