sábado, 14 de abril de 2012

ENTREVISTA:

Acusa Raúl Salinas de Gortari


Zedillo, el culpable


Luego de permanecer poco más de 10 años en prisión por asesinato, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, el hermano del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari asegura que aprecia su libertad y no guarda rencor; fue una persecución política, señala a más de 6 años de ser absuelto

Guillermo Gallardo


Convertido en el “villano favorito” y en el “hermano incómodo” durante la década de los 90, hoy Raúl Salinas de Gortari camina tranquilo, solo, apreciando cada momento de libertad.
En él ya no caben los rencores ni resentimientos. Esos han quedado atrás.
Ahora valora cada minuto de su tiempo... Sabe lo que es apreciar los árboles, los edificios y subirse de nuevo a un vehículo.
Pero aún con ese aire de libertad que respira profundamente, también se asoma el hombre de relaciones poderosas, tal vez insospechadas.
Alejado de la política partidista, aún está el personaje que brilló durante el sexenio de su hermano Carlos Salinas, pero que contrasta con el “huésped” por 10 años del penal de máxima seguridad de La Palma.
A poco más de 6 años de recobrar su libertad, Salinas de Gortari da gracias a Dios que todo acabó.
Su detención fue uno de los escándalos políticos nacionales más grandes de la última década del Siglo 20.
Más de 50 averiguaciones previas en su contra tuvo que sortear. Las más graves: el lavado de dinero producto del narcotráfico, enriquecimiento ilícito y el asesinato de su cuñado y secretario general del CEN del PRI, José Francisco Ruiz Massieu.
“Gracias a Dios se fue aclarando. Fue motivo de una persecución política, de esas que desgraciadamente suceden en este país, que no debieran suceder, pero aquí estamos, tengo seis nietos y le doy gracias a Dios”, expresa el hermano del ex Presidente.
Y señala sin ninguna duda que Ernesto Zedillo fue el que tomó la decisión de meterlo a la cárcel. Luego, pide al reportero que se le pregunte al ex Mandatario por qué lo hizo.


Raúl el antagonista


Salinas de Gortari se pasea tranquilamente por el hotel donde se hospeda. A su lado va su novia, de la que no reveló su nombre. Es culiacanense, dice.
Llega al estacionamiento, abre la puerta trasera derecha de un vehículo y la mujer entra. Luego camina rumbo a la recepción del hotel. En el trayecto platica de manera afable con los reporteros de Noroeste.
Pocos pudieran pensar que este hombre fue el antagonista en una parte importante de la historia del país.
Fue 1995 el año del escándalo, cuando Raúl Salinas fue detenido acusado del crimen de Ruiz Massieu, ocurrido el 28 de septiembre de 1994, mismo año del magnicidio del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio.
Lo condenaron a 50 años de prisión como autor intelectual del asesinato, pero en 2005 es declarado inocente por magistrados del Poder Judicial al comprobarse fabricación de pruebas.
“Era una barbaridad (acusación por asesinato de su cuñado), pues, éramos familia, esa fue una acusación brutal, se demostró toda la inocencia. Fue una cosa muy dolorosa, sobre la pérdida, la ofensa, no la amuelan, ¿no?”, expresa.
También le fincaron cargos por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. Pero todo, asegura, fue aclarado y exonerado.
El escándalo siguió cuando fue detenida su esposa Paulina Castañón, en Ginebra, Suiza, al intentar retirar fondos de una cuenta. Ahí se descubrió que Raúl Salinas tenía documentos falsos como pasaportes, actas de nacimiento y licencias de conducir, y que tenía varios “alias”.
No lo negó, pero manifestó en su tiempo que los recursos tenían procedencia lícita.
“Todo se aclaró. Se les devolvió a los empresarios que habían formado un fondo”, señala.

-- ¿No se les devolvió el dinero directamente a usted?
No, se les devolvió a los empresarios.

-- ¿No eran de usted?
No.

Diez años sin coche


Lamenta el tiempo que vivió en la cárcel porque le impidió ver a sus hijos en los momentos de la adolescencia.
Fue espantoso, muy fuerte, asegura, cuando se le pregunta sobre los 10 años y 3 meses que estuvo encerrado.
“Me impidió estar con mis hijos en su momento de adolescencia, me dolió mucho, a ellos también les dolió mucho, no pude estar en la muerte de mi padre, fueron cosas muy dolorosas”, comenta.
Cuando se abren las puertas de la penitenciaría federal de máxima seguridad, Raúl Salinas ve por primera vez el aire libre. Su familia lo abraza y se sorprende por viajar de nuevo en coche, después de una década de encierro.
“Una cosa muy impresionante, porque hacía 10 años que no me subía a un coche, entonces fue mi familia por mí y aunque yo les pedí que fueran despacio, iban a 60 kilómetros por hora y yo sentía que los árboles y los edificios me pasaban de manera muy violenta; hacía mucho que no me subía a un coche, fue muy impresionante”, narra durante la entrevista.
Pero aún así menciona que no guarda rencores.
“No les dedico ni un minuto de mi tiempo a los sentimientos negativos, para nada”.
Dice que los años que estuvo en la prisión le sirvieron para adquirir mayor madurez y más compromiso con la sociedad mexicana, pero también para ser más humilde y cercano con la gente más necesitada.
“Como muchos mexicanos, espero que haya un mejor sistema de justicia siempre. Viví del otro lado de donde vive la mayor parte de los mexicanos, fue una lección muy importante, creo que muchos mexicanos se duelen de una impartición de justicia, que no es la mejor y muchas veces no sólo es deficiente sino profundamente dolorosa, y creo que es parte fundamental de lo que este país requiere, un verdadero sistema de justicia donde todos los mexicanos tengan seguridad jurídica”, asevera.


Alejado de la política


A sus 66 años, “el hermano incómodo” de la época salinista dice que se dedica a los negocios personales.
“Soy ingeniero civil, procuro tener una actividad siempre productiva y estoy cerca de un empresario importante, trabajo junto con el ingeniero Carlos Peralta, en el Grupo IUSA... estoy de director general adjunto, tenemos un trabajo muy importante”.
Indica que no tiene negocios en Sinaloa.
“Sólo tengo una novia nada más, ese es un buen negocio”, dice riendo.
De política partidista no quiera hablar. Subraya que está retirado. Vuelve a reír cuando se le pregunta.

-- ¿Usted está apoyando a algún candidato (a la Presidencia)?
No. No me meto para nada en política.

-- Se dice que su hermano (Carlos Salinas) está apoyando directamente a Enrique Peña Nieto...
He oído muchas cosas y yo sé que mi hermano siempre apoyará al PRI. Yo no me meto en política para nada.

De los cuatro candidatos presidenciales sólo subraya que todos son buenos y que la población será la que decidirá quién gana.
“Han arrancado bien las campañas. Vamos a ver, faltan tres meses”, añade.
El otrora hombre poderoso concluye la entrevista al insistírsele sobre política. Luego se va solo, sin parafernalia.




Se debe relanzar
plan hidráulico

Antes de despedirse, Raúl Salinas se refiere al problema de la sequía en Sinaloa, a la que calificó como gravísimo.
Y propuso relanzar el Plan Hidráulico del Noroeste, propuesto desde hace 30 años, el cual tenía fundamentalmente el objetivo de rescatar las aguas de los ríos, incluso canalizando el líquido de Nayarit hacia Sinaloa, para ampliar la zona de riego en más de 300 mil hectáreas, evitando también la vulnerabilidad ante las sequías.
“Sinaloa debe volverse el verdadero granero del país y eso se consigue con el sistema de presas y canales, y con aguas que sobran de Nayarit traerlas para acá”.
Asevera que Sinaloa tiene que recuperar ese plan hidráulico para darle seguridad al campo.
Es técnicamente posible, subraya el ingeniero.

Recuadro

Marzo de 1995
Detienen a Raúl Salinas de Gortari. Es llevado a la prisión de máxima seguridad de La Palma por el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu.

Noviembre de 1995
Detienen a su esposa Paulina Castañón en Ginebra, Suiza. Acusan a Salinas de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.

Octubre de 1996
La PGR arma “teatro” en la finca El Encanto para, con apoyo de supuesta vidente Francisca Zetina, La Paca, “encontrar” una osamenta que supuestamente era del diputado Manuel Muñoz Rocha. Resultó falso.

Enero de 1999
Raúl Salinas es sentenciado a 50 años de prisión por el asesinato de Ruiz Massieu.

Junio de 2005
Es declarado inocente por los magistrados José Nieves Luna, Adalid Ambriz Landa y Manuel Baraibar. El 14 de junio sale libre, después de 10 años 3 meses de prisión.


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