martes, 18 de octubre de 2011

SEMBLANZA A EMPRESARIO SINALOENSE





Guillermo Elizondo Collard
Presidente del Grupo Ceres



Tiene espíritu innovador



El empresario sinaloense, a sus 80 años, es uno de los hombres de negocios más importantes del país; asegura que ha aprendido de los fracasos, le gusta su trabajo y hace de sus negocios una manera de divertirse en la vida


Guillermo Gallardo

(Publicado en el periódico Noroeste Culiacán el 18 de octubre de 2011)

Guillermo Elizondo Collard es uno de los hombres más importantes del País porque ha aprendido de los fracasos, le gusta lo que hace y ha hecho de sus negocios una manera de divertirse en la vida. Ésta es su fórmula del éxito.
A sus 80 años dice ser un hombre feliz y optimista, al que no solamente le gusta recibir, sino repartir a los demás de lo que sus empresas le han dado.
El dueño del grupo Ceres, que aglutina a 13 empresas, la mayoría del ramo agropecuario, asegura que crear empleos es realmente una labor social y que sus negocios dan trabajo a alrededor de mil 200 personas, de las cuales 500 son de planta y el resto eventuales, aunque aclara que a muchos de esos eventuales los mantienen ocupados casi permanentemente.
El empresario es considerado un ejemplo en Sinaloa por su perseverancia en la conformación de negocios. Su espíritu emprendedor e innovador lo ha llevado durante 50 años a desarrollar y dirigir al Grupo Ceres que figura ya entre las 500 empresas más importantes de México.

No le gustó ser empleado

Elizondo Collard es un hombre austero, de trato amable. Con ocho décadas encima aún lleva las riendas del grupo, en espera de una sucesión que “inmortalice” sus empresas.
Su despacho dice mucho de su personalidad, de su vida, donde destacan fotos familiares y de cuando saludó personalmente a Juan Pablo II, en el Vaticano, pero sobre todo está rodeado de figuras y esculturas de caballos, la mayoría de ellas trofeos que ha obtenido en su larga afición por los equinos de carreras. El mismo cuadro se repite en su casa.
Nació el 15 de agosto de 1931 en El Rosario, tiempo en el que la actividad minera daba vida a esta región del sur de Sinaloa.
Ahí se encontraba la segunda mina más importante del país en extracción de oro y plata, por lo que su abuelo y su padre se asentaron en este lugar.
Su familia por problemas políticos derivados de la Revolución tuvieron que huir del país.
“Mi abuelo, don Jesús Elizondo, (en la época de la revolución) era del grupo financiero que apoyaba a (Francisco) Madero en Sinaloa, junto con muchos otros, teniendo como líder a un señor de apellido Peña. Entonces, cuando llega Victoriano Huerta al poder, mi abuelo, junto con su familia, tuvo que huir a Estados Unidos. Mi padre también se fue.
“Después de pasado el peligro, mi padre, sus hermanas y mi abuelo se regresaron y se asentaron en El Rosario”, recuerda Elizondo Collard.
Su padre Guillermo Elizondo Lizárraga contrajo matrimonio con Flavia Collard Espinoza y tuvieron cuatro hijos. Guillermo fue el segundo.
En ese entonces, don Jesús Elizondo era el que recibía y pagaba el oro que se sacaba de la mina. Posteriormente, la familia obtuvo la concesión de la Lotería Nacional y ahí el niño Guillermo dio sus primeros pasos en los negocios vendiendo billetes de lotería. Ese fue su primer trabajo cuando tenía menos de 10 años.
“La primaria la estudié en una escuela privada en El Rosario de una señorita Millán, que había sido profesora de mi papá; el sexto año fui a la escuela oficial porque ahí sí te daban el certificado. La secundaria ya nos vinimos mi hermana mayor y yo a Mazatlán donde vivimos con unos tíos”, recuerda el empresario.
El niño Elizondo estuvo tres años en el puerto, pero se fue a concluir un año de secundaria al colegio Cervantes de Guadalajara; poco después su papá lo envió con unos tíos a San José, California, a la High School.
La adolescencia la pasó entre Guadalajara y Estados Unidos y su juventud en Monterrey, cuando decide irse a estudiar para ingeniero agrónomo, en el Tecnológico de Monterrey.
Su interés por la investigación agrícola lo llevó a realizar en dos periodos vacacionales de dos meses su servicio social en la Oficina de Estudios Especiales que auspiciaban la Fundación Rockefeller y la Secretaría de Agricultura federal.
Como premio a su desempeño, al concluir la universidad, la fundación le ofreció trabajo. Ahí aprendió el manejo genético de las plantas, principio que le ayudó a darle una real importancia a la investigación y formar su propia empresa de semillas certificadas de su propiedad.
Pero su labor en esta área terminaría poco tiempo después al darse cuenta del poco futuro económico que tendría.
“Yo ganaba 600 pesos mensuales y me gustaba mucho mi trabajo. Entonces me ofrecieron una beca para estudiar una maestría, ya estaba inscrito, había pasado los exámenes de admisión, pero en esas fechas llegó un compadre mío con la maestría y le subieron de 600 a 700 pesos, después de un año y medio de estudios.
“Luego llegó con un doctorado el doctor Óscar Brauer, quien fue Secretario de Agricultura, y le subieron a 900 pesos. Entonces dije, yo me voy a ir a estudiar la maestría para ganar 700 pesos en año y medio y dos más para ganar 900 pesos con el doctorado, entonces renuncié”, expone.
Luego de esta etapa, Elizondo Collard se fue a Guasave donde trabajó en una compañía de fertilizantes.
“No me gustó estar de empleado y traté de hacer cosas por mi cuenta”, agrega.

Sus inicios

El joven Elizondo tenía muchas inquietudes, pero no contaba con recursos económicos para emprender algún negocio.
Entonces ideó empezar a hacer historial crediticio para que los bancos le prestaran dinero.
Fue con un banquero amigo suyo llamado Óscar Girón, a quien le pidió mil pesos prestados y se los dio a 30 días. Los tomó, se los llevó a su casa, los puso entre las camisas y los guardó.
Al mes llegó con el banquero y pagó de su sueldo los intereses. Volvió a los días y le pidió 3 mil pesos e hizo lo mismo. En el ínter iba buscando una opción de negocio.
Posteriormente solicitó 5 mil y luego 10 mil, pero ya no podía seguir pagando los intereses con su sueldo.
Entonces encontró la forma de establecer su empresa. En Sinaloa se acostumbraba a limpiar las semillas de maíz, frijol, soya y arroz, entonces ideó comprar una cribadora.
En Michigan vendían cribadoras portátiles pero costaban 75 mil pesos, de los cuales, 25 mil tenía que pagar para ponerla en la frontera y 50 mil para traerla a Sinaloa.
Fue de nuevo con Girón y le pidió 25 mil pesos, se los prestó y los mandó a Michigan. Ahora tenía que conseguir los otros 50 mil.
“Fui con los que tenían cosecha y les decía, dame chanza, yo te limpio la semilla, te cuesta tanto y adelántame tanto; y todo mundo me adelantó hasta que completé los 50 mil pesos con el trabajo que iba a hacer en el futuro”, cita.
Esa fue su primera incursión en la Iniciativa Privada, y se llamó Cribas Portátiles del Noroeste.
Posteriormente funda junto con unos parientes de Mazatlán la primera empresa por la cual festeja los 50 años del Grupo Ceres y que se llamó Tractores y Semillas porque les dieron la distribución de unos tractores alemanes marca Porsche enfriados por aire, que era un principio de los tanques de guerra alemanes.
“Me puse a vender tractores y vendí bastantes, pero la fábrica en Alemania quebró y se acabó parte del negocio. En lugar de tractores empezamos a vender otras cosas y la empresa cambió de nombre a Semillas y Fertilizantes (Sefersa) que aún funciona”.
Luego, indica, le ofrecieron la venta de tractores e implementos John Deere en el norte de Sinaloa, empresa que ya cumplió 30 años.

Hacia las grandes ligas

La inquietud de Elizondo por innovar lo llevó también a la investigación agrícola. Su objetivo era tener sus propios híbridos de maíz y otros granos para competir con las grandes empresas trasnacionales.
“Cuando tuve algunos recursos contraté a tres investigadores e inicié la vinculación entre la empresa y ellos y les dije: yo quiero lograr maíces híbridos blancos que puedan producir más o igual que la competencia. Les di dinero, hicimos un plan y los dejé trabajar. Doce años después llegaron con los maíces para competir con los americanos en forma ventajosa y formamos la empresa Semillas Ceres”, manifiesta.
La empresa se fundó en 1991 y actualmente están en Centroamérica. Pretendían irse a Brasil y Argentina pero la helada de febrero los dejó sin semilla.
Actualmente tienen en el mercado alrededor de 20 híbridos de maíces adaptados para diferentes regiones del país y cuentan con centros de investigación en cada uno de ellos.
Incluso, Elizondo informa que ya están haciendo maíces transgénicos pero la investigación la desarrollan en Hawaii debido a que en México no se autoriza todavía.
En cuanto en el país se dé la anuencia para sembrar transgénicos, dice, ya van a estar preparados.
Así, actualmente el Grupo Ceres está integrado por 13 empresas, entre las que también se encuentran Agroequipos del Valle, Almacenadora Regional Mexicana, Agrocapital, Mercanta, Terminal Transoceánica de Topolobampo, Centro de Productividad Ceres, Corporativo Ceres, Agra Sinaloense, Rancho Natoches y Fondo de Aseguramiento Agrícola El Sembrador, entre otras.

La familia

Guillermo Elizondo conoció a Silvia Macías Díaz de León en 1958 cuando trabajaba en Guasave y decidieron casarse en diciembre de 1960.
En 1961 trasladó su residencia a Los Mochis.
El matrimonio Elizondo Macías tuvo cuatro hijos que nacieron en 1962, 1963, 1964 y 1968.
El mayor se llama Guillermo quien está integrado al Grupo Ceres encargado de Ceres Agrotecnología; Luis está a cargo de la inmobiliaria, es socio y consejero de Grupo Ceres, y Alejandro dejó el Grupo para adquirir el ingenio de Los Mochis. Los tres son socios y consejeros del Grupo Ceres y sus empresas.
Otro de sus hijos, Carlos, murió hace 13 años, y en su honor formó la Fundación Carlos Elizondo IAP cada a hacer labor filantrópica.

-- ¿Cuáles han sido la mejor y la peor época de su vida?
La peor época de mi vida fue cuando se murió mi hijo Carlos. No hay dolor más grande.
En cuanto a la mejor época yo creo que todas en el sentido de que soy muy optimista y una persona que está luchando por ser feliz y soy feliz.
Ahora con la Fundación Carlos Elizondo, IAP que constituimos en memoria de mi hijo, estamos ayudando a muchas gentes y a 37 instituciones y tenemos un gran número de becados y seguimos trabajando aumentando su cobertura.

-- ¿Qué es lo que le preocupa más ahorita?

Mi familia, mis 4 hijos y mi hija María Paula quien tiene 24 años, se recibió emn Negocios en la Univerisdad de Notre Dame y está iniciando su incusrión en el trabajo profesional. Me preocupa y mucho toda la situación que hay y ver cómo hay gente que no tiene capacidad ni interés en involucrarse en la solución de los problemas.

-- ¿Lo que más le agrada?
Mi familia, definitivamente.
Tengo una gran afición por los caballos, crío caballos, me gusta mucho ganar, pero no me afecta perder.
La afición a los caballos es un hobby en el que yo trato de salir a mano y de no perder.
Creo que el asunto de los caballos es un entretenimiento, me gusta, trato de tener los mejores, hemos ganado en todos los hipódromos de California, Estados Unidos, ahorita tenemos dos caballos corriendo allá, en fin nos divertimos con eso.

-- ¿Qué le hace reír?
Siempre ando buscando cosas que me diviertan, mis hijos me hacen reír, mis nietos, mis nietas, tengo muchos amigos que me hacen muchos reír, el mismo Catón, y siempre ando buscando divertirme. Me gusta mucho la lectura y la música, toda, depende del estado de ánimo que ande, pero me gusta Beethoven como clásico, Álvaro Carrillo porque era agrónomo y trabajamos juntos, incluso anduve con él cuando él cantaba; fui muy amigo de Lola Beltrán que era de El Rosario.

-- ¿A qué personas admira más o cuáles son sus héroes?
Hay mucha gente que admiro, yo admiro mucho a Juan Pablo II, ahí estoy con él en el Vaticano (señala una fotografía), muy agradecidos con él, pues nos ayudó a traer a la Orden Salesiana a Los Mochis.
Otra persona que admiro mucho es Winston Churchill fue un verdadero líder de los aliados, salvó a Inglaterra de que fuera invadida por los alemanes y fue un tipo que además era escritor, pintor, político... un todólogo.

-- ¿Cuál es la fórmula que ha aplicado en su vida empresarial?
Mira, primero tienes que aprender de los fracasos. Yo he formado muchas empresas y tengo solamente 13. Además, tiene que gustarte lo que haces para que el trabajo no sea un trabajo, sino realmente una manera de divertirte en la vida. Una de las cosas más importantes es rodearse de gente buena y trabajar de acuerdo a tus valores.

-- ¿Qué le falta por hacer?
Me falta seguir dándole gracias a Dios. Me falta preparar mejor la sucesión, me falta dejar bien integrados a mis hijos. Quisiera yo que el Grupo Ceres prevalezca y crezca. Nació conmigo. La historia dice que estos negocios sólo el 30 por ciento sobrevive la segunda generación, el 10 por ciento sobrevive la tercera generación; entonces yo quisiera que mis hijos juntos, mis nietos y mis bisnietos hicieran de esto algo que siguiera derramando beneficios para mucha gente. Eso es lo que yo quisiera.

-- ¿Cómo se siente a los 80 años?
Hay que darle gracias a Dios por estos 80 años.




Trayectoria de Guillermo Elizondo Collard:
Nació en El Rosario.
Edad: 80 años.
Ingeniero Agrónomo egresado del tec de Monterrey
Agrónomo fundador del Inifap.
Agrónomo fundador de CIANO.
Responsable del programa de investigación de Hortalizas del Noroeste de México, para la Oficina de Estudios Especiales.
Presidente del Grupo Ceres que agrupa a 13 empresas.


Es miembro de:
Consejo regional de Banamex
Internacional Agribusiness Management Associatio
Asociacion Mexicana de Distribuidores de Fertilizantes
American Seed trade Association
Consejo Sinaloense de Hombres de Negocios
Codesin
Consejo de Nacional Financiera
Asociación de Almacenes Generales de Depósito
Consejo Nacional de la Fundación Mexicana para la Salud, IAP
Presidente de la Fundación Carlos Elizondo
Consejo Nacional Agropecuario

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