miércoles, 11 de julio de 2012



ELECCIONES PRESIDENCIALES: ALTERNANCIA Y REGRESO AL PASADO


La migración del voto


Los últimos procesos electorales federales han evidenciado una nueva correlación de fuerzas en el país; ahora el voto se ha dividido en tres fuerzas fundamentales, la del PRI, del PAN y de la izquierda representada por el PRD, PT y Movimiento Ciudadano; electores castigan al partido que inició la alternancia



Guillermo Gallardo

El electorado mexicano aprendió que su voto es el arma para exigir mejores gobiernos y demandar cambios en las políticas públicas.
Prueba de ello es que en los últimos 18 años ha variado y migrado sus preferencias poniendo y quitando partidos a la hora de elegir representantes populares.
Este periodo pasó del partido único hegemónico en la Presidencia de la República a una democracia participativa con elecciones competitivas, pasando por una alternancia aún en ciernes.
Se hizo evidente una nueva correlación de fuerzas en el país dando cabida a un mayor pluralismo.
De 1994 a 2012 se han registrado cuatro elecciones presidenciales significativas, la primera de ellas manchada por el asesinato del candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio, y el levantamiento armado del Movimiento Zapatista, en Chiapas.
Pero a pesar de esta circunstancia, de acuerdo con cifras del Instituto Federal Electoral, el candidato sustituto del PRI, Ernesto Zedillo Ponce de León, logró la victoria con el 48.69 por ciento de los votos, quedando en segundo lugar el abanderado del PAN, Diego Fernández de Cevallos; y en tercer sitio el del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Este proceso presidencial no se podría explicar sin conocer los sucesos de 1988 cuando Carlos Salinas de Gortari salió triunfador mediante un presunto fraude electoral que afectó al mismo Cárdenas y al abanderado del PAN, Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, quienes encabezaron movilizaciones poselectorales.
Se vislumbraba ya el fin de la “dictadura perfecta” del PRI, aunque la transición tardaría poco más de una década.
Jesús Silva Herzog Márquez, en un análisis que realizó sobre el papel que desempeñó el PRD en las elecciones de 1994, consideró que el gran derrotado fue Cuauhtémoc Cárdenas.
“El PRD ha sido visto como el gran derrotado de la elección de agosto de 1994. En cierto sentido lo fue, ya que Cuauhtémoc Cárdenas, que en 1988 tuvo, según el recuento oficial, el 31 por ciento de los votos, no llegó en 1994 al 17 por ciento”, puntualizó.
Así, las cifras de la elección de 1994 quedaron de la siguiente manera: el PRI obtuvo el triunfo con el 48.69 por ciento, seguido por el PAN como segunda fuerza con el 25.92 por ciento, luego el PRD con el 16.59 por ciento y el resto repartido entre seis partiditos y votos nulos.
Sin embargo, con la llegada de Ernesto Zedillo a la Presidencia se vino la crisis económica y las inconformidades políticas que concluyó con la pérdida del poder en el año 2000 a manos del PAN.
El ciudadano decidió en los comicios del 2 de julio de 2000 iniciar una transición política que abrió un nuevo capítulo en la historia de México. Por primera vez en la era moderna de México, un partido diferente al PRI ganaba la Presidencia de la República.
“A diferencia de muchos otros procesos de alternancia en el mundo, la transición en México se logró mediante el sufragio en las urnas, sin necesidad de establecer un nuevo pacto fundacional y sin que aconteciera un rompimiento del marco institucional vigente”, señala el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 realizado por el Presidente Vicente Fox.
“Finalmente, la transición mexicana arrojó un resultado de poder compartido que exige la convergencia, el establecimiento de acuerdos y la corresponsabilidad en la tarea de gobierno entre las diversas fuerzas políticas”, indica.
Y sí, se configuraba ya una nueva era donde el poder estaría repartido entre el PAN, PRI y el PRD con sus aliados de izquierda.
Vicente Fox, de Acción Nacional, logró el 42.52 por ciento de los sufragios; seguido por el sinaloense Francisco Labastida Ochoa, del PRI, con el 36.11 por ciento; y Cuauhtémoc Cárdenas, con el 16.64 por ciento, quien de nueva cuenta quedó en tercer sitio.
Había sido un triunfo contundente, con una diferencia de 2 millones 409 mil votos respecto al abanderado del PRI, lo que obligó al Presidente Ernesto Zedillo a reconocer esa misma noche la derrota obtenida en las urnas.


Se cierra elección


La elección presidencial de 2006 ha sido la más reñida de la historia electoral del país, con una nueva correlación de fuerzas diferente a la de 2000 y anteriores.
Por el lado de las izquierdas había surgido Andrés Manuel López Obrador como el relevo natural de Cuauhtémoc Cárdenas, quien construyó su candidatura desde la jefatura del Distrito Federal.
La popularidad y el liderazgo de “El Peje” llegó a su máximo en marzo de 2006 con el 38 por ciento de las preferencias, según las encuestas publicadas en esa fecha, seguido por el candidato del PAN, Felipe Calderón Hinojosa con el 31 por ciento, y cerca, en tercer sitio, Roberto Madrazo Pintado, del PRI, con el 29 por ciento.
Se reflejaban ya los errores del Presidente Vicente Fox y la desilusión del electorado porque no había ningún cambio prometido.
Parecía que le había llegado el tiempo de gobernar a la izquierda, pero la elección se empezó a cerrar y el triunfo fue para Calderón con una ventaja de apenas 0.56 por ciento, es decir, una diferencia de 233 mil 831 votos.
Oficialmente el PAN obtuvo el 35.89 por ciento de los sufragios; el PRD con el 35.33 por ciento; el PRI se quedó con el 22.23 por ciento, y el resto repartido entre otros.
El tricolor había sido relegado a tercera fuerza y se consolidaba la presencia de la izquierda a nivel nacional.
La ciudadanía dio una segunda y última oportunidad al PAN para concretar la transición democrática y el cambio de rumbo del país.
Lo cerrada de la elección mostró ya un electorado que estaba dispuesto a cambiar de nuevo de siglas partidistas, y la izquierda era vista como una opción viable.
El resultado tan reñido hizo que se volviera a hablar del fraude electoral, del que no se comentaba tan contundentemente desde 1988.
López Obrador inició un movimiento poselectoral en la Ciudad de México y se autoproclamó “Presidente Legítimo”. Desde ahí construyó su plataforma nacional para lanzarse de nuevo como candidato en 2012. Pensaba que ahora sí concretaría el triunfo.


El regreso al pasado


Para las elecciones de este año el PRI ya contaba con un aspirante que se fue “cocinando” desde la Gubernatura del Estado de México. El candidato de “telenovela”.
Enrique Peña Nieto surgió como el aspirante natural del tricolor, que prometía que su partido haría mejor las cosas que en el pasado, a pesar de tener atrás de él a Carlos Salinas y al viejo PRI.
“Somos una nueva generación, no hay regreso al pasado. Mi gobierno tendrá puesta su visión en el futuro, en el México de grandeza y esperanza que todos queremos y anhelamos”, afirmó durante la campaña y lo ratificó en su discurso del 1 de julio por la noche, al conocer los resultados de la votación.
Josefina Vázquez Mota, aspirante del PAN, quien inició en segundo lugar, fue rebasada por Andrés Manuel López Obrador, de la coalición de izquierda Movimiento Progresista, quien tuvo el apoyo de los jóvenes del “#Yo soy 132”.
Al final, el gran perdedor fue el PAN quien quedó relegado a tercera fuerza nacional, al igual que sucedió con el PRI en el año 2006.
Peña Nieto obtuvo 19 millones 225 mil 745 votos, es decir, el 38.21 por ciento; López Obrador 15 millones 896 mil 539 sufragios, con el 31.59 por ciento; Josefina Vázquez Mota 12 millones 785 mil 728, el 25.41 por ciento; mientras que Gabriel Quadri, del Panal, 1 millón 150 mil 562, con el 2.29 por ciento.
"Los mexicanos le han dado a nuestro partido una segunda oportunidad: vamos a honrarla con resultados, con una nueva forma de gobernar, de acuerdo a las exigencias del México del Siglo 21.
“Voy a ejercer una presidencia democrática, que entienda los cambios que ha experimentado el país en las últimas décadas, y actuaré conforme a la nueva realidad, de democracia plena de libertades, y de participación social. Voy a ejercer una presidencia moderna, responsable, abierta a la crítica, dispuesta a escuchar y a tomar en cuenta a todos”, aseveró Peña Nieto en su primer discurso como candidato ganador.
A pesar de que la diferencia entre el primero y segundo lugar fueron 3 millones 329 mil 206 votos (el 6.62 por ciento), el “fantasma” del fraude regresó de nueva cuenta al afirmar López Obrador que impugnaría la elección por las presuntas irregularidades detectadas, que van desde la iniquidad, gasto excesivo y compra de votos.
El abogado constitucionalista e investigador de la UAS, Francisco Higuera Castro, califica el regreso del PRI a la Presidencia como un retroceso y una falla de la alternancia.
“Hay una preocupación en términos del proceso de consolidación de la democracia porque hemos vivido prácticas que se pensaban superadas con un régimen autoritario”, asevera.
El especialista asegura que no se logró consolidar la alternancia y la gente votó por desesperanza, así como porque le funcionaron las prácticas del pasado al PRI.
Expresa que el PAN le quedó a deber a los mexicanos porque no logró consolidar la alternancia, ni cumplió con las expectativas de la gente como bajar la pobreza, la democratización real y debido a las políticas fallidas contra la violencia y la corrupción.
“Esta situación obviamente iba a tener un reflejo en el electorado”, considera.
El proceso de transición alentado con el triunfo del PAN en el 2000, agrega, fue abandonado por este partido y se le olvidó para gobernar con las reglas y el autoritarismo del PRI.
La oposición deberá ponerse de acuerdo para realizar la reforma del Estado porque si no, el PRI va a seguir siendo favorecido por una ciudadanía que está desencantada, asevera el investigador.
La lectura de los ciudadanos, en forma mayoritaria, fue el cambio de rumbo debido a que el PAN no cumplió con las expectativas fincadas a partir del año 2000.
A casi 12 años de ese cambio, los electores le dieron la espalda a este partido para regresar al PRI a Los Pinos. Sin embargo, gran parte del país prefirió a la izquierda, la cual se quedó a un paso de la Presidencia y con un gran capital político “amasado” desde 2006.




A la baja participación

Desde 1994 a la fecha, la participación ciudadana en las elecciones presidenciales ha disminuido en términos porcentuales, a pesar de la promoción del voto que realiza frecuentemente el Instituto Federal Electoral y los partidos políticos.
En 1994 se dio una de las votaciones más altas con el 77.16 por ciento, la cual cayó en el 2000 al 63.97 por ciento, mientras que en 2006 bajó al 58.55 por ciento, subiendo en 2012 al 63.3 por ciento.
Sin embargo, en términos nominales, el número de ciudadanos con credencial para votar aumentó de 45 millones 729 mil 57 ciudadanos en 1994, a 79 millones 454 mil 802 en 2012.


Por quién votan
Porcentaje de resultados electorales de las últimas cuatro elecciones presidenciales.

Elección   PRI (aliados)   PAN        PRD (aliados)   OTROS
1994         48.69%            25.92%   16.59%             8.8%
2000         36.11%            42.52%   16.64%             4.73%
2006         22.23%            35.89%   35.33%             6.55%
2012         38.21%            25.41%   31.59%             4.79%

*Con datos del IFE


El sufragio
Participación ciudadana en las últimas cuatro elecciones presidenciales:

Año      Lista nominal           Votaron      % participación
1994     45,729,057                35,285,291      77.16%
2000     58,782,737                37,601,618      63.97%
2006     71,374,373                41,557,430      58.55%
2012     79,454,802                50,320,546      63.30%

*Cifras del IFE

El voto sinaloense
Los sinaloenses han votado mayoritariamente por el PRI en las elecciones presidenciales, a excepción de 2006 cuando emigraron al PAN y al PRD; sin embargo, en 2012 regresaron su apoyo al tricolor.

Elección    PRI           PAN          PRD (o coalición) OTROS
1994          50.59%     30.38%      13.75%                  5.28%
2000          64.00%     23.77%      09.32%                  2.91%
2006          26.87%     37.04%      30.79%                  5.30%
2012          46.69%     25.07%      23.63%                  4.61%

*Cifras del IFE

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